Ferretería Falgás
Es un negocio familiar ubicado en Valderrobres, en la Avenida de la Hispanidad 13, fundado en 1868 por Salvador Zapater Moliner, que lo regentó hasta 1902. Su yerno, Joaquín Falgás Esteve, del que toma el nombre actual, toma las riendas desde 1903 hasta 1941. De 1942 a 1978 es su hijo Salvador Falgás Zapater quien está al cargo de la ferretería y luego su yerno Juan José Moreno Ortiz, desde 1979 hasta 2008 en que se hace cargo Raúl Ber Aubá, su sobrino, que es quien nos recibe amablemente y nos cuenta “la vida de Ferretería Falgás”, toda una institución en Valderrobres.
Con su buen saber estar y su buen humor, Raúl nos dice que él nació en 1968, en el centenario de la Ferretería y de entrada nos invita a celebrar el bicentenario…
Define su establecimiento como una tienda-ferretería de pueblo, que desde su fundación ha mantenido la misma filosofía: responder a las necesidades de quien pasa por allí. Se han ido adaptando a los tiempos dando respuesta, así el Internet de entonces eran las relaciones comerciales y con amigos, pero siempre pensando que tiene que ser una tienda donde haya de todo y a la vez un lugar de buscar soluciones a los problemas que presenta el cliente, que casi es amigo de la tienda.
Actualmente forma parte de la cooperativa de compras COFERDROZA, de ámbito nacional y cuenta con una buena red de empresas colaboradoras a las que poder hacer consultas a distancia y encargar pedidos minoritarios. También participan en ferias, presenciales y virtuales. Falgás es una tienda clásica, es un conseguidor de lo que se necesita y puede dar alternativas. Comentamos con Raúl que también tiene algo de “ferreterapia” y espacio social porque es importante la charrada que se echa el que va por allí y cuenta sus cosas o que trae a sus amigos a dar una vuelta. Y así, boca-oreja, se va haciendo divulgación de una ferretería que tiene mucho de creativo: hacer algo nuevo combinando varias cosas o imaginar soluciones y buscar la forma de llevarlas a la práctica.
En este momento son siete personas las que están en la ferretería. Tiene varios espacios y líneas comerciales: Perfumería, Menaje, Floristería, Jardín y fitosanitarios; Bisutería y la Ferretería como tal con herramienta y pequeños electrodomésticos.
Es muy difícil que salga alguien de la tienda sin comprar nada –damos fe- y si no, que pase un rato viendo cosas y charrando con los dependientes en catalán, castellano o en inglés, lengua en la que son bien recibidos los nuevos pobladores de la zona (alemanes, ingleses, holandeses) que buscan en el entorno del Matarranya un lugar donde vivir bien.
Nos pone unos cuantos ejemplos: “Hablando con la gente, si le interesa a alguien algo, sabes que va a venir alguien más… es un estudio de mercado… Si viene alguien que tiene un huerto pidiendo algo y me explica para qué lo quiere, yo veo si es algo que puede ser interesante para otro montón de gente que también tiene huerto, entonces hago un pedido más grande”. “Un cliente viene y te cuenta que ha pensado hacer tal cosa utilizando tal y tal otro elemento… charlamos y le hacemos una nueva propuesta… pronto vendrá a contarnos cómo le ha ido”. “El servicio a la gente es igual”.
El galardón recibido que más valora Raúl es el Premio Basilio Paraíso a las empresas centenarias, entregado en Zaragoza hace tres años, puesto que fue un reconocimiento a nivel de todo Aragón a su ferretería, ubicada en un medio rural, dando servicio a toda la gente de la zona que busca herramienta y nuevas tecnologías.
Nos da la sensación de que hay un buen tándem: el buen hacer y poder de convicción del dueño y la confianza del comprador.
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