La flora y fauna
Sabemos que el bosque mixto alberga importantes taxones de flora singular y que fue visitado por el botánico aragonés, Ignacio Jordán de Asso y del Río en 1779, marcando la presencia de alisos y sauces que no se encontraron en otras localidades.
Desde el punto de vista corológico el valle del río Pitarque se encuentra en la región Mediterránea, provincia Castellano – Maestrazgo – Manchega, sector Maestracense. La configuración cerrada del relieve y el abundante aporte de agua que disfruta este tramo del valle del río Pitarque propician unas favorables condiciones climáticas de humedad y termicidad para el desarrollo de un rico y variado paisaje vegetal.
En torno al curso fluvial se observa una densa y exuberante vegetación riparia predominando los citados sauces (Salix sp) y alisos (Alnus glutinosa), además de chopos (Populus sp); a media ladera prosperan diversas formaciones de quejigos (Quercus faginea) asociados con boj (Buxus sempervirens) y guillomos (Amelanchier ovalis); en los cantiles rocosos se encarama la flora rupícola especializada; mientras, en las secas sierras circundantes vegetan pinares negrales (Pinus nigra).
Al adentrarnos en el cañón que conduce al Nacimiento la vegetación se hace más densa, formada por serbales (Sorbus sp), avellanos (Corylus avellana), nogales (Juglans regia), arces (Acer campestre), latoneros (Celtis australis), madreselvas (Lonicera etrusca), hiedras (Hedera helix), escaramujos (Rosa Canina), violetas (Viola willkommii), hepáticas (Hepática nobilis) y euforbias (Euphorbia sp). Vimos dedaleras (Digitalis obscura) y orquídeas (Orchidaceae).
La fauna de Pitarque, al igual que la flora, resulta variada e interesante. El río Pitarque, con sus aguas limpias, frías y bien oxigenadas, constituye el hábitat ideal para la trucha común (Salmo trutta). Es de destacar la presencia en este río de una especie catalogada como la nutria (Lutra lutra) y nos dicen que quedan cangrejos autóctonos.
El río se ha hecho hueco labrando un cañón fluvial con paredes verticales, farallones calcáreos y zonas escarpadas que son buen refugio para muchas aves: vimos buitres leonados (Gyps fulvus), una de las poblaciones más importantes del Guadalope, y sabemos que hay águilas reales, aguilillas calzadas, alimoches y halcón peregrino. Justo en las paredes de al lado de la ermita, hay un montón de nidos.
Además existe en los alrededores una gran población de cabra montés (Capra pyrenaica hispanica). Si eres amante de los pájaros y de las mariposas, puedes disfrutarlos a placer.
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