Se inauguró el 27 de enero de 2006, dependiente de la Fundación Beulas, gracias a las donaciones de obras de arte pertenecientes a la colección que el pintor José Beulas y su mujer María Sarrate comenzaron a reunir a partir de la década de 1950 del siglo XX. El museo ha adquirido una madurez y una experiencia que le sitúan como un referente del arte y la cultura contemporánea de Aragón.
Entendido como un espacio vivo, abierto a la ciudad de Huesca y a sus visitantes, pretende crear un espacio para el arte y la naturaleza. Su objetivo es situarse como una referencia en los itinerarios de estudio del arte contemporáneo y crear un espacio único que fusione arte y naturaleza como principales protagonistas introduciendo así nuevas reflexiones sobre la unión entre la creación y el paisaje.
El Centro de Arte y Naturaleza propone un programa regular de actividades centradas en la Colección Beulas-Sarrate, donada a la ciudad de Huesca, en la naturaleza como espacio público del proyecto Arte y Naturaleza, así como en la creación artística y la cultura contemporánea de las exposiciones temporales que dotan de una mayor frescura al centro y descubren al visitante nuevas maneras de contemplar el arte.

El edificio que alberga el CDAN, obra del arquitecto Rafael Moneo Vallés, está concebido por el autor como un “volumen ondulado y fluido” que domina la escena, acompañado de una serie de construcciones complementarias, formando un perímetro roto y fragmentado, de volúmenes autónomos. La construcción, un tanto barroca y libre, explota la idea de la forma inesperada que va dando el tiempo al paisaje, como sucede en los Mallos de Riglos o en el Salto de Roldán, accidentes geográficos protagonistas del paisaje oscense que inspiraron al arquitecto, que no ha pretendido interferir en el paisaje, sino integrarse en él.
El edificio no solo se hunde en el terreno, sino que sus materiales buscan una mimetización de la materialidad con el entorno. La simplicidad, la textura y el color de la construcción están pensados para provocar esta rápida asimilación de la naturaleza como esencia de la propia arquitectura.
FUNDACIÓN BEULAS
Debe su nombre al artista José Beulas Recasens. Es una entidad sin ánimo de lucro constituida en 1999 cuyo Patronato, integrado por instituciones públicas, es el órgano de gobierno, representación y administración del CDAN.
Tiene por fin primordial el fomento de cuantas actividades guarden relación con la evolución del progreso histórico y cultural oscense y, en general, de Aragón. Dentro de este amplio objeto y, en la medida en que lo permitan los recursos de que se disponga, se promoverán iniciativas relacionadas con el arte y la historia de las tierras oscenses y, en general, aragonesas.
En consecuencia, el Centro de Arte y Naturaleza (CDAN), sede de gestión e información de la Fundación, tiene como primer objetivo estudiar y documentar rigurosamente la Colección Beulas-Sarrate y, como señalan los fines de la Fundación, conservar, mostrar y promover la difusión de la colección donada a Huesca. Pero, si además la colección se hace pública, se transforma en una institución educadora y recreativa, con la misión de reunir a su alrededor a la sociedad para ejercer sobre ella una influencia que permanecerá invisible, pero que resultará efectiva.
El Patronato, de hasta 23 miembros, está constituido por los representantes de los Fundadores en la siguiente forma: Cinco miembros nombrados por el Pleno del Ayuntamiento de Huesca; cinco elegidos por Gobierno de Aragón; uno designado por el Pleno de la Diputación Provincial de Huesca; cinco designados por D. José Beulas Recasens y tres designados por empresas e instituciones privadas.
José Beulas Recasens
Nace en Santa Coloma de Farnés (Girona) en 1921. Allí empezó su afición por la pintura retratando el paisaje gerundense. Muy joven descubre la histórica Escuela de paisajistas de Olot, cercana a Santa Coloma e integrada por pintores como Mir, Vayreda, Urgell, o Soler y Jorba. En ese momento toma conciencia de la importancia de la formación y de la adquisición de una técnica.
A principios de la década de los 40 se desplaza a la provincia de Huesca para cumplir el servicio militar en el Cuerpo de alta Montaña. Este traslado resulta fundamental ya que el paisaje oscense se convertirá en uno de los temas esenciales de su obra. En este tiempo compagina su oficio de sastre con su actividad militar y su interés por la pintura.
Tras su matrimonio con María Sarrate en 1946, Huesca se convierte en su lugar de residencia. En 1947 viaja a Barcelona para recibir clases de dibujo en la academia Baixas. Desde entonces la vocación de Beulas queda claramente consolidada, y su mayor interés es continuar mejorando su formación.
En 1948 recibe una beca por parte de la Diputación Provincial de Huesca que le permitió ingresar en la Escuela de Bellas Artes de la Academia de San Fernando en Madrid. Su paso por San Fernando está marcado por las enseñanzas que recibe de un equipo de profesores entre los que destacan Ramón Stolz y Vázquez Díaz, quienes influyen en el artista. El legado que José Beulas realiza a la ciudad de Huesca contiene buena muestra de los trabajos realizados en aquellos años pasados en la Escuela de San Fernando.
Tras abandonar la Academia en 1951, es pensionado en el Monasterio de El Paular en Madrid. Posteriormente es becado también en Segovia, por la Escuela Superior de Bellas Artes. Pero su centro de gravedad sigue siendo Madrid. Su estancia en la capital española le permite estudiar los clásicos, visitando con asiduidad el Museo del Prado. Entre los artistas del momento en España admira a Benjamín Palencia y a Ortega Muñoz, cuya influencia se deja sentir en su trabajo. En 1954 realiza su primer viaje a París, ayudado por una beca de grabado. Inicia entonces su fase de consolidación y reconocimiento.
En 1955 gana, por oposición, la beca del Ministerio de Asuntos Exteriores para asistir a la Academia Española de Bellas Artes de Roma. La estancia en Roma será una experiencia decisiva en la formación de Beulas, dado que es en Italia donde acaba decantándose definitivamente por el paisaje como tema fundamental de su pintura, y donde tiene sus primeros éxitos. Allí entró en contacto con numerosos artistas. Entre los que fueron sus compañeros destacan Echauz, Reyes Torrent, García Donaire, Cesar Montaña, García de Paredes o Javier de Carvajal. Beulas empieza entonces su colección de arte, comprando a sus compañeros y amigos algunas piezas. Su estancia en Italia le permite, además, exponer en diversas ciudades italianas como Roma, Bolonia, Palermo o Agrigento, participando también en la Bienal de Venecia entre 1957-1959.
En 1959 finaliza la estancia de José Beulas en Roma. En 1960 regresa definitivamente a Madrid, donde participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes obteniendo la segunda medalla. En este mismo año se le concede una pensión de la Fundación Juan March de Madrid, que le permitirá producir un importante volumen de obra, pasando a ser considerado como uno de los pintores más conocidos y cotizados del panorama español exponiendo tanto en España como en Latinoamérica. La década de los años sesenta supone para Beulas una carrera imparable de premios y exposiciones. En 1962 consigue el Primer premio de la Bienal de Pintura de Zaragoza. Entre 1966 y 1967 expone por primera vez en Estados Unidos, concretamente en la Galería Internacional Bernardi de Washington DF, y entra en la nómina de artistas de la sede madrileña de la Galería Kreisler. En 1968 consigue uno de los mayores reconocimientos a los que entonces aspiraban los artistas españoles: la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid.
Desde 1969 fija su lugar de trabajo en Huesca, lugar donde su amigo el arquitecto José María García de Paredes le proyecta un estudio, siguiendo un proyecto similar al que el mismo arquitecto le había diseñado para Santa Coloma de Farnés.
En 1970 expone en la sede de Nueva York de la galería Kreisler y se incorpora a la galería Biosca de Madrid, con la que seguirá trabajando durante varios años. Expone asímismo en su tierra, y repite en la galería Libros de Zaragoza y en la sala Genaro Poza de Huesca. A propósito de las sucesivas exposiciones en Biosca, José Hierro comentaba en prensa que “el paisaje debe ser vivido tanto como visto. Sentido hasta lo más profundo. Recordado, como un sueño, hasta que el artista sienta que en su retina y en su espíritu queda sólo lo esencial. Beulas ve como pocos estas colinas calcinadas, salpicadas de matojos, blancas de cal y de sol”.

El paisaje de Huesca actúa en la trayectoria del pintor continuamente, las características formales de este paisaje influyen de manera decisiva en el sentido conceptual que toma su pintura. (En la imagen, Monegros -2003-). Gerardo Manrique de Lara decía de esta relación entre Beulas y el paisaje: "No es el artista el que se propone pintar el paisaje, sino que es el paisaje, el que le incita a pintarlo".
A partir de 1973, Beulas se limita a exponer en España participando durante los años 80 en numerosas exposiciones tanto colectivas como individuales en las galerías Biosca (Madrid) e Ignasi de Lasaletta (Barcelona).
En 1982 la ciudad de Huesca le nombra hijo adoptivo. Este reconocimiento tiene su continuidad en 1996, cuando es nombrado Académico de Honor de la Real Academia de Bellas Artes. En 1988 la Diputación de Huesca realiza una exposición homenaje a José Beulas con la participación de la familia Chillida y artistas oscenses.
El matrimonio Beulas-Sarrate siempre ha estado muy ligado a la ciudad de Huesca, donde han pasado parte de su vida y de sus vacaciones, disfrutando de su pasión por la naturaleza y fijando su residencia en esta ciudad. José Beulas ha estado siempre muy agradecido a la ciudad de Huesca. Será a partir de los primeros años de los noventa cuando el matrimonio Beulas-Sarrate decida donar a la ciudad su colección de arte contemporáneo (182 obras) y parte de sus bienes con la intención de crear un Centro de Arte Contemporáneo. Esta generosidad que se ha visto recompensada por un proyecto arquitectónico a cargo de Rafael Moneo y la creación de una institución que ha derivado definitivamente en el Centro de Arte y Naturaleza de la Fundación Beulas, hoy un referente tanto nacional como internacional en todos aquellos temas que relacionan el arte y la naturaleza con la cultura contemporánea.
Colección Beulas-Sarrate
José Beulas orientó su pasión de coleccionista hacia el arte español del siglo XX; destaca de manera especial la presencia de autores españoles y aragoneses, compañeros de su trayectoria artística. La colección empezó a gestarse en la década de los años cincuenta y se ha ido incrementando con el paso del tiempo, con una especial dedicación a partir de los años ochenta.
Los fondos reflejan, como es habitual en casos semejantes, la personalidad inicial de sus propietarios, tanto sus preferencias estéticas como los encuentros personales con autores en una larga trayectoria vital. El grueso de la colección lo constituyen artistas compañeros de estudios de la Escuela de Bellas de San Fernando de Madrid y de la Academia de Roma, donde estuvo becado José Beulas en los años cincuenta. La mayoría de ellos inició una tímida renovación de la plástica, a través fundamentalmente del paisaje.
La colección se centra en la obra individual de artistas significativos, representados, cada uno de ellos, por una o dos obras que van desde los primeros pintores de paisaje a los creadores expresionistas, informalistas, abstractos, hasta la nueva figuración. Muchos de estos artistas han realizado importantes aportaciones a la historia del arte contemporáneo, otros no llegaron a alcanzar la atención nacional e internacional que desearon, pero todos ellos fueron entrando en este conjunto de carácter generalista y obteniendo reconocimiento a través de la compra del coleccionista.
Mir, Redondela, Bores, Juan Gris, Ortega Muñoz, Benjamín Palencia, Rafael Zabaleta (en imagen), Saura, Tàpies, Feito, Millares, Viola, Rivera, Pablo Serrano, Broto y Víctor Mira, forman parte de su elenco. Mención especial en la colección merece este último, único artista representado con más de 20 obras.
Motivaciones personales o estéticas de raíz subjetiva y personal han encaminado las decisiones de los coleccionistas: coincidencias expositivas en las salas donde Beulas ha ido presentando su obra, amigos de carrera y estudios, preferencias plásticas en la búsqueda e investigación de fórmulas del lenguaje pictórico, muestras de amistad, reconocimiento a los autores por su importancia en el mercado del arte.
Diferentes razones y nostalgias han impulsado la creación de esta colección que con el paso del tiempo ha demostrado una única voluntad: el compromiso adquirido con la difusión del arte contemporáneo español a través de una donación para el futuro.
La colección pictórica está formada por 64 pinturas donadas en 1994, todas ellas representativas del arte español del siglo XX, y en ella destaca de manera especial la presencia de compañeros de su trayectoria artística. El grueso de esta colección aparece encuadrado en lo que se denominó Escuela de Madrid, cuyo origen lo encontramos en experiencias anteriores a la guerra civil española, con artistas como Benjamín Palencia, Godofredo Ortega Muñoz o Agustín Redondela, que compartían un sentimiento renovador a partir del paisaje. Partícipes de la renovación paisajista son también Antonio Guijarro y Agustín Úbeda, aunque en sus aportaciones a la colección predomina la figura o el bodegón.
La nueva figuración está representada por sugerentes composiciones de Antonio Quirós y Juan Barjola, que con fórmulas expresivas actualizan los esquemas tradicionales. También encontramos autores que supusieron una verdadera avanzadilla en la plástica española, como Alcorlo, Celis, Echauz, Blardony o Brinkmann.
Los nombres más significativos de la vanguardia europea y de la pintura española del siglo XX tienen también cabida en esta colección, como es el caso de Juan de Echevarría, perteneciente a la primera Escuela de París, junto a Pablo Picasso. Por su parte, Francisco Mateos supone la presencia del expresionismo internacional en nuestro país.
La colección integra distintas generaciones del arte español de posguerra. Este período se caracteriza por una vuelta al academicismo y al realismo, y por un aislamiento respecto de las corrientes internacionales. Frente a estas tendencias destaca la revolución plástica encabezada por el surrealismo, el informalismo y la abstracción de jóvenes vanguardistas como Cuixart, Millares, Saura y Tàpies, destinados a cumplir un papel insustituible en el devenir del arte español. Aguayo y Lagunas, entre otros, son representantes de la abstracción de los años cuarenta en Aragón. Centraban sus actividades en torno a la Librería Pórtico de Zaragoza, de la que tomaron el nombre: Grupo Pórtico, temprano introductor de la pintura abstracta en nuestro país.
El grupo Dau al Set supuso la recuperación de la vanguardia en Cataluña. Ráfols Casamada –caracterizado por un informalismo paisajista– cofundador del grupo Els Vuit y Cuixart y Tàpies, cofundadores de la revista Dau al Set,primera manifestación surrealista de posguerra, encuentran un lugar importante en esta colección.
De los pintores integrados en este grupo, Tàpies resultará posteriormente el artista con mayor proyección internacional, por ser el primero en encontrar una salida hacia el informalismo matérico y conseguir una estética próxima a la filosofía oriental extendida en los años setenta. El expresionismo americano y el tachismo francés fueron los antecedentes del informalismo español, protagonizado por el grupo El Paso, fundado en 1957 por Antonio Saura, Manuel Viola, Manuel Rivera, Luis Feito y Manolo Millares, todos ellos presentes en la colección.
Representativo de los años sesenta en Aragón es Daniel Sahún, del Grupo Zaragoza, que protagoniza la recuperación estética y se adentra en los caminos de la abstracción, con el propósito de recoger el testigo dejado por Pórtico.
La colección de escultura constituye la segunda parte del legado, donación del matrimonio Beulas-Sarrate al Ayuntamiento de Huesca, con 62 esculturas.
La gran mayoría de las piezas son de pequeño formato, ya que en ningún momento el matrimonio colecciona con una intención museable; solo algunas esculturas son de grandes dimensiones, propias de espacios exteriores. Este último grupo está ubicado en el jardín de la finca del matrimonio, situado en la carretera de Ayerbe y cedido por el pintor a la Fundación Beulas (actualmente recinto privado).
La mayoría de la obra escultórica está realizada en bronce con diversas texturas, algunas de ellas sobredoradas, como las de Dalí, o meticulosamente pulidas, como las de Serrano. Encontramos alguna terracota, como la de Martí Sabe, obra en hierro de Javier Sauras o talla de madera de Amador Rodríguez. En cuanto a los temas, se aprecia cierta uniformidad, ya que en líneas generales se trata de una colección figurativa en el sentido más académico (salvo ciertas excepciones), destacando la figura femenina.
Forman la colección de escultura un total de 64 piezas que pertenecen a 33 escultores, de los que 24 participan en el legado con una sola pieza (en la imagen Emiia Xargay); los otros 9 componen dos terceras partes de la colección, y de ellos las aportaciones más numerosas corresponden a Venancio Blanco, José Carrilero Gil, Joaquín García Donaire y César Montaña. Estos dos últimos fueron, con Beulas, miembros de las últimas promociones de pensionados en Roma.
Comienza a formarse esta colección durante la estancia del matrimonio en Roma, entre 1955 y 1960, al comprar la primera pieza a un ex pensionado. Dicha estancia en la capital italiana se debe a una beca obtenida por el pintor catalán y concedida por el Ministerio español. Este seleccionaba cada cinco años a nueve artistas de diferentes especialidades para una beca de estudios en la Academia Española de Roma. Allí se conocieron muchos de los que hoy engrosan el listado de nombres de esta colección. Como explica Beulas, “no se nos habría ocurrido gastar nuestro primer sueldo en liras en una escultura. Pero por suerte lo hicimos y ahí empezó nuestra afición (…) El resto fue llegando a lo largo de esos treinta años”.
La nueva figuración se formó casi exclusivamente en Madrid. Venancio Blanco, Jesús Valverde, Joaquín García Donaire, José Carrilero y César Montaña son sus representantes. En 1964 se presentaron como grupo en el panorama español exponiendo en la Dirección General de Bellas Artes.
De esta manera, a pesar de no estar concebidas inicialmente como colección, las obras conforman un conjunto de esculturas representativas de un determinado momento y comportamiento de la cultura oficial española.
Legado obra gráfica
Forman este tercer bloque de la colección 42 obras en formato papel, de las cuales 28 pertenecen a la tercera de las entregas del legado, realizada en 1993, y las otras 16 fueron donadas en 2005 con motivo de la inauguración del CDAN. Grabados, técnicas mixtas sobre papel, acuarelas, serigrafías y dibujos de diversa calidad, de intenciones completamente diversas, y procesos y resultados totalmente divergentes.
La litografía de Francis Bacon resulta especialmente espectacular por los contenidos y por la firma, que avala la obra y aporta un toque de modernidad junto con el grabado de Antoni Tàpies, la serigrafía de Antonio Saura o los dibujos de Miguel Condé y de los oscenses Vicente Badenes, Alberto Carrera Blecua o Enrique Torrijos. Encontramos también pinturas sobre papel de realizadores como Saumells, Francisco Mateos, Miquel Planas, Cuixart, Arturo Souto, Josep Guinovart o Agustín Redondela.
Completan este elenco, artistas de reconocido prestigio y amplia trayectoria como son Benjamín Palencia, Arturo Pacheco Altamirano, Rafael Zabaleta, Pablo Ruiz Picasso, Eduado Chillida, Hernández Pijuán, Roberto Matta u Oswaldo Guayasamín.
Legado obra tapices
Cinco tapices de Carles Delclaux y uno de José Royo. El más famoso es el Tapis de la Creació de Carles Delclaux, según boceto de Joan Miró, (en imagen), realizado como homenaje en el centenario de su nacimiento; los otros cuatro están inspirados en tres obras del propio Beulas –Rostolls cremats (1988), Campos quemados (1989) y Sin título (1988)–, que muestran el paisaje monegrino mediante la técnica de simplicación y esquematización que utiliza el artista en sus obras, y en una de Manuel Millares con el título de Figura 69. Arpillera (1969).
Proyecto Arte y Naturaleza
El CDAN pretende articular con este proyecto una serie de acciones cuyo fin último es estudiar y potenciar las relaciones entre el arte y la naturaleza, utilizando como marco territorial la provincia de Huesca. El eje central del proyecto es la creación de obras de arte por artistas de reconocidos prestigio a nivel internacional en lugares escogidos de su medio no urbanizado, recogiendo las experiencias del land art, del arte público y de otros comportamientos heterogéneos que han utilizado el territorio o la naturaleza como pretexto para la creación artística.
El CDAN fomentó un amplio debate en el terreno intelectual a través de cursos, publicaciones, exposiciones, con una especial atención a la investigación. Se realizaron cinco cursos dedicados al paisaje: Paisaje y pensamiento (2006), analizó los aspectos ontológicos y conceptuales del paisaje así como su incidencia en el pensamiento actual. Paisaje y arte (2007), estudió desde los orígenes del paisaje como término específico para designar un tipo de pintura hasta las complejas relaciones que se han establecido hoy día entre las diferentes acepciones del paisaje y las artes. Paisaje y Territorio (2008) permitió que debatieran teóricos, historiadores del arte y del paisaje, geógrafos, creadores y artistas que trabajan con y en el paisaje. Paisaje e historia (2009) desarrolló temas de historia e historiografía del paisaje, del jardín y de la imagen de ciudad. Paisaje y patrimonio (2010), profundizó en las relaciones del paisaje con el patrimonio, planteando temas relacionados con la interpretación patrimonial del paisaje, los criterios de conservación y las posibilidades de evolución.

INDOC
Centro de Investigación, Documentación y Cooperación sobre las relaciones entre Arte, Naturaleza y Paisaje, es el servicio de atención del CDAN a la comunidad investigadora e interesada en esta temática. Con más de 1.800 personas asociadas, sus objetivos son:
Acoger a la comunidad investigadora en materia de arte contemporáneo, naturaleza y paisaje, así como la Colección Beulas-Sarrate.
Aproximar el conocimiento científico que surja del propio centro de arte a la sociedad, muy especialmente en aspectos de sensibilización y concienciación ligados a la naturaleza y el paisaje.
Propiciar el encuentro entre artistas, comisarios e investigadores en múltiples disciplinas, cuya mezcla redunde en un avance significativo de la experimentación artística y de la ciencia.
Fomentar la cooperación entre diferentes entidades y organizaciones, a nivel nacional e internacional, en relación con las temáticas del CDAN: arte y naturaleza, Colección Beulas-Sarrate.
Para ello, cuenta con dos líneas de actuación: Investigación y documentación, con una biblioteca especializada, compuesta por más de 6.000 publicaciones sobre arte contemporáneo, naturaleza y paisaje, además de la Colección Beulas-Sarrate. Los servicios de documentación permiten la consulta del catálogo en línea desde el propio centro, facilitan estancias de investigación y acompañamiento, préstamos y tienen un espacio de formación ligado a otras maneras de viajar por el mundo, desde el arte contemporáneo, la naturaleza y el paisaje, denominado Arte ego. Se realizan campañas de BOOKCROSSING, liberación de libros del INDOC en cualquier lugar del mundo. Respecto a Cooperación, el Indoc fomenta las relaciones con otros centros similares a escala nacional e internacional, además de acometer acciones que fomenten el conocimiento mutuo de agentes artísticos en la materia, como el boletín mensual para la comunidad de socios del INDOC.

El CDAN ha pasado por dos etapas, la primera fue dirigida por Teresa Luesma, la segunda por Antonio González, y en ambas se presentaron diversas exposiciones con los fondos de la colección Beulas Sarrate. En julio del 2016 se inicia una tercera etapa bajo la dirección de Juan Guardiola.
HORARIOS
Otoño-Invierno (noviembre-marzo): jueves, viernes y sábado, 11:00-14:00 h y 17:00-20:00 h.
Domingo y festivos (salvo lunes): 11:00-14:00 h
Primavera-Verano (abril-octubre): jueves, viernes y sábado: 11:00-14:00 h y 18:00-21:00 h
Domingo y festivos (salvo lunes): 11:00-14:00 h.
Partiendo del necesario aprovechar el camino ya recorrido, no podemos ni queremos renunciar a abrir nuevos caminos que contribuyan al desarrollo del sector artístico y en general del desarrollo de Aragón y bienestar de los aragoneses. Así, el objetivo final cara al futuro se puede resumir en favorecer la calidad y cantidad de la oferta cultural de nuestra institución, prestando una atención especial a la intercomunicación entre artistas locales, nacionales e internacionales y la transversalidad entre las artes, e incrementar el número y la satisfacción de los visitantes beneficiarios y, con ello, el reconocimiento público de nuestra institución como impulsora activa de la cultura,