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Los Sanantones y la Encamisada

Actualmente el fin de semana más próximo al día 17 de enero se celebra en Estercuel la fiesta de los Sanantones en honor a San Antón, patrono de los animales domésticos. La Encamisada es el eje principal de esta festividad.
 
Los actos tradicionales que conforman el programa de la festividad de San Antón le valieron la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Aragón en 2004.
 
Hay una exposición permanente en el Centro de Interpretación del Fuego y de la Fiesta (en unas antiguas cuevas) y se ha señalizado la llamada Ruta del Fuego.

 

En 2016 el Centro de Estudios Locales de Andorra (CELAN) y LANUBE Estudios produjeron un documental, de 50 minutos de duración, sobre la fiesta titulado Lumbre. La fiesta de los Sanantones y la Encamisada de Estercuel, dirigido por Roberto Morote Ferrer, con guión de Josefina Lerma, Ángel Ramón Sancho y Roberto Morote, música de Los Gaiteros de Estercuel, con más de  20 personas haciendo la grabación y la colaboración imprescindible de los vecinos de Estercuel.

 

Contenido

 

El origen de la fiesta

La tradición oral cuenta que esta celebración es una muestra de agradecimiento a la figura de San Antón por haber librado de una “peste” o epidemia al pueblo de Estercuel. En esta celebración se juntan dos santos, San Antón, protector de los animales domésticos, y San Sebastián, protector contra epidemias y pestes, que junto con San Fabián forman la trilogía de los santos protectores de la localidad; estos dos últimos están representados en la capilla del portal de los Santos Mártires.

 

Estercuel, como todos los pueblos que le rodean, ha sido un pueblo dedicado a la agricultura y a la ganadería. La necesidad de proteger a los animales domésticos contra todo tipo de enfermedad fue primordial en una economía de subsistencia, y el mejor medio era hacerles pasar al lado del fuego como agente de purificación y de fertilización (enero era una buena época para el apareamiento de los caballerías) y a su vez era necesario que fuesen bendecidos por su patrón San Antón.

La única referencia escrita encontrada hasta el momento data de 1892 y nos la da el fraile mercedario Padre Bravo en su libro Historia de la Aparición de la Virgen del Olivar, de 1892.

 

Recordemos que la encamisada era una emboscada puesta en práctica por las tropas españolas en la guerra de Flandes, en el siglo XVII. Aprovechando la oscuridad de la noche, los soldados combatían al enemigo con las camisas colocadas sobre jubones y armaduras (es decir, “encamisados”) para no confundirse con los contrarios. Participar en una encamisada se consideraba de mucha honra entre los españoles. Quizá por eso los nobles comenzaron a celebrar fiestas nocturnas inspiradas en esta táctica militar, para hacer público su retorno de la batalla y dejar clara su posición de poder. Estercuel y su baronía formaban parte de los dominios de Luis de Bardají, y tanto él como sus descendientes, militares al servicio del rey, pudieron desplegar estas ceremonias en el pueblo, donde se ubicaba la casa-palacio de los señores. En España se rememoran encamisadas en localidades de Badajoz, Cáceres, Toledo y Tarragona; en Aragón, la de Estercuel es la única que se conoce.

encamisada 02La encamisada se convirtió en muchos lugares en una festividad con música y ministriles en la que el concejo y las personas notables, vestidos con las mejores galas, desfilaban de noche con hachas (grandes velas) u hogueras encendidas. Como la iglesia era el único soporte firme en momentos de guerras y epidemias, solían ir al encuentro de la imagen de un santo o virgen, que triunfaba simbólicamente sobre el enemigo. Al día siguiente se oficiaba misa y vistosas procesiones, de nuevo con velas, música y estandartes. Estas ceremonias se mezclaron con manifestaciones carnavalescas o mojigangas, en las que la gente desempeñaba los papeles de rey, conde, duque o cargos similares, disfrazados con trajes, sombreros y adornos. En Teruel el “juego del Reynado”, como se llamaba a una de estas representaciones burlescas, fue prohibido por la Iglesia en 1745. Sin embargo, el reinau o las mojigangas sobrevivieron con adaptaciones locales en Estercuel y otros pueblos turolenses.

 

La organización de la fiesta

Corre a cargo de catorce matrimonios (siete salientes y siete entrantes), aunque estos últimos sólo observan y escoltan a los salientes, careciendo de capacidad ejecutiva. La propia fiesta refuerza el papel del matrimonio y de las personas de mayor edad. El papel de las autoridades de la fiesta es presidir la Santa Encamisada, la misa mayor y el resto de actos; los tres van tocados con capa de fiesta negra y sombrero. Los cargos, ordenados por edad y poder, son:encamisada 03
  • Procurador: Es la persona de mayor edad, ostenta el mando de la fiesta y se le reconoce por las tres plumas blancas de gallo en su sombrero.
  • Rey: Sigue en rango al procurador y se le identifica por las tres estrellas plateadas en la parte izquierda de su sombrero.
  • Conde: Sobre su sombrero cuelgan unas cintas blancas.
  • Cuatro Mayorales: Dos acompañan al procurador, uno al rey y otro al conde; las tareas de los mismos son las siguientes:

- Llevar el ramal de las caballerías de su representado durante los actos realizados a caballo.

- Quitar los sombreros a las autoridades durante la misa, los cuales se dejaban en el altar de S. Antón.

- Intervenir como danzantes quitando y poniendo sombreros en el Baile de las Coronas, además de bandear cuando fuera preciso, incluso por las noches.

Programa de actos

La Fiesta actualmente mantiene los ritos y actos festivos tal como se podían hacer antiguamente:

  • Salve en los Santos Mártires:

De casa del procurador salen los fiesteros que junto con los gaiteros irán a buscar al sacerdote a la salida del rosario. Este entregará al procurador el estandarte de San Antón y todos juntos irán a rezar la salve al portal-capilla de los Santos Mártires. Durante el trayecto se interpreta por los gaiteros La mazurca o llega n.º 1 de Estercuel. En este momento tiene lugar el encendido de la primera aliaga.

Después de la salve es el traslado del fuego desde el portal de los Santos Mártires hasta la plaza de la iglesia para encender la primera hoguera.

 

  • Santa Encamisada:

A las veinte horas. Los fiesteros se reúnen en casa del procurador y de allí parte la comitiva de la fiesta, montada en caballerías, hasta la plaza de la Iglesia, desde donde se inicia la Encamisada al son de la música y de las campanas, encabezada por los portadores de tederos, a continuación los gaiteros, seguidos por el procurador (portando el estandarte de S. Antón), el rey, el conde, los entrantes y el Ayuntamiento, a continuación iba el resto del pueblo. La Encamisada se realiza en sentido contrario al de las procesiones normales. El número de hogueras hoy día es de quince. Esa noche en los balcones y ventanas se colocan candiles de aceite para iluminar el paso de la procesión.

 

  •  Cena y fiesta alrededor de las hogueras:

Antes los únicos que cenaban esa noche en hermandad eran los fiesteros. Hoy en día todo el pueblo vive la fiesta en la calle alrededor de las hogueras, por barrios o por cuadrillas.

 

Al día siguiente continúa la fiesta con los siguientes actos:

  • Llega (recolecta):

encamisada 05Los fiesteros, a pie portando unos capazos y el pendón de San Antón, mientras la imagen del santo se queda presidiendo la plaza de la iglesia, y al toque de la popular Llega, realizan la recogida de productos por todo el pueblo. Tradicionalmente, los más frecuentes eran orejas y patas de cerdo adornadas con lazos, velas y dinero. Estos productos eran ofrendas a los santos, como agradecimiento o en espera de su intercesión ante la divinidad, para guardar su salud y propiedades. No olvidemos que san Antón era protector de enfermedades y de los animales domésticos y de labor, esenciales en las economías rurales tradicionales. Los fiesteros componían lotes, el alguacil llevaba el control de las pujas y el párroco el de las adjudicaciones. Los lazos servían para que el oferente pudiera reconocer sus bienes y pujar por ellos para convertir en dinero su aportación al santo. Todos los años se rifaba la conocida como “pata de San Antón”, que después de adjudicada volvía a quedarse en la iglesia.

En la actualidad solo se ofrecen pastas y dinero, que se utiliza para sufragar los gastos de la fiesta.

Es uno de los momentos más entrañables, porque el pueblo abre las casas a los fiesteros obsequiándoles con café, pastas y licores.

Terminada la llega, poco después de mediodía, el cortejo se une a las fiesteras (ataviadas con ropa tradicional), que esperan provistas con canastillos llenos de pan en casa del Procurador, y todos juntos se dirigen a la iglesia. Por su parte, san Antón recupera su sitio en la peana habitual en el interior del templo.

 

  •  Misa mayor:

Ya en la iglesia, fiesteros y fiesteras ocupan los bancos de las autoridades. Los cargos principales dejan sus sombreros bajo el altar, junto al pan que se va a bendecir y comienza una misa que tiene dos poderosos elementos expresivos. 

Uno de ellos se denomina “sacar hacha” y es un antiguo acto ceremonial realizado también en otras festividades mayores. Catorce hombres revestidos con roquetes blancos ejercen de pajes de hacha; entre ellos se encuentran los siete fiesteros entrantes, es decir, los que organizarán la Encamisada del año siguiente. El ritual consiste en salir de la sacristía con grandes velas encendidas, hacer una genuflexión frente al altar y posicionarse a lo largo del pasillo central de la iglesia para permanecer unos minutos de pie y volver a la sacristía en el mismo orden en que han salido.

Ceremonia de 'sacar hacha' durante la misaEste proceso de salir y volver a entrar a la sacristía se repite en tres momentos: al comienzo de la misa, en la lectura del evangelio y en la consagración. El hacha se lleva con la mano derecha oculta bajo la tela del faldón y con la izquierda a la vista. Este detalle ha dado lugar a interpretaciones que vinculan el ritual con el mundo romano, en el que las manos veladas corresponderían al culto de algún antiguo dios. Aunque no se puede descartar que responda a alguna razón práctica (en los manuales litúrgicos había instrucciones de este tipo para evitar manchas de cera en las alfombras de la iglesia), es un raro ceremonial sobre el que no se han encontrado referencias.

Por otro lado, al final de la misa se bendice un simbólico pan -en realidad, es una torta dulce-, al que se atribuye efectos sanadores. El reparto del pan bendito es una de las manifestaciones de religiosidad popular más frecuentes en la provincia y, en general, de las sociedades agrarias tradicionales. El pan bendecido se comía como alimento curativo y medicina preventiva contra enfermedades, se compartía con familiares, incluso con animales, reforzando el sentido de grupo. Algunas personas realizan gestos rituales como rezar, santiguarse o besar el pan antes de comérselo. También es costumbre guardarlo para personas enfermas o ausentes, que no han podido asistir al oficio religioso.

 

  • Procesión por el pueblo:

Tras la misa hay una procesión en la que desfila en primer lugar la cruz procesional, seguida de dos pajes de hacha con los correspondientes hachones, el pendón de San Antón y las imágenes sobre peanas de los Santos Mártires y San Antón; a continuación van los gaiteros, los cargos de la fiesta, el párroco y el público. En la capilla de los Santos Mártires se reza una oración y durante todo el itinerario los dulzaineros interpretan toques de procesión, hasta alcanzar de nuevo la iglesia con la melodía de la Encamisada.

 

  • El Baile del Reinau:

La comitiva se dirige después a la plaza de Aragón y se forman las parejas para bailar la jota del Reinau. El Reinau es una jota popular, que era interpretada por los mayorales de la fiesta en honor al procurador, conde y rey, La música se divide en dos partes que se van repitiendo sucesivamente, mientras los bailadores realizan diferentes pasos. Se bailaba las noches del primero y segundo día. Hoy se baila como colofón de la fiesta.

 

  • Baile de las Coronas:

A continuación, los fiesteros entrantes y salientes se colocan en dos filas frente a frente y van intercambiando, en orden decreciente de poder, primero el sombrero y después la capa (en la actualidad, la mujeres también hacen traspaso de mantillas). Estas parejas protagonizan el pasodoble final (el baile de las Coronas, que en otro tiempo iba acompañado de una especie de coreografía simbólica, que ya no se interpreta) y se acaba con un refresco colectivo.

 

  • Refresco:

A las personas que habían colaborado en la fiesta, se les ofrecía vino, tortas y chocolate; actualmente el acto es abierto para que participe todo el pueblo.

El acto final de la fiesta consiste en el reparto del pan bendito a los enfermos, con esto se da por terminada la fiesta de los Sanantones.

Todos los actos son amenizados por los gaiteros, que interpretan las piezas tradicionales en cada momento.

Bibliografía

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