Ermita de San Blas (Alacón)
Como un elemento más del paisaje, las ruinas de la ermita de San Blas se divisan en la cima de un cerro, hacia el oeste de Alacón.
San Blas formaba parte del grupo de los llamados santos auxiliadores, reputados en la Edad Media como particularmente eficaces para responder a las invocaciones de los fieles. Es patrón de dos pueblos de la comarca Andorra-Sierra de Arcos (Gargallo y Alloza) y titular de muchos templos en la provincia de Teruel.
Del que se le dedicó en Alacón solo queda en pie parte de los muros y no sabemos su origen. Pero la antigüedad de la advocación y, sobre todo, su localización estratégica indican que la ermita puede ser medieval. Según las correspondientes visitas pastorales, en 1656 estaba desatendida y en 1785 “desamparada e indecente”, nadie la cuidaba.
Hasta hace unos años persistía completo el arco de medio punto del pórtico. La obra del edificio era de mampostería y ladrillo y el altar estaba en el oeste de una única nave rectangular, con un contrafuerte exterior. No está clara la función, pero pudo haber romerías que subirían desde el pueblo por el camino de la Venta.
El abandono de este tipo de ermitas situadas en puntos elevados, de incómodo acceso y dedicadas a advocaciones que no fueron fomentadas por las autoridades eclesiásticas tras el concilio de Trento, ha sido progresivo al menos desde el siglo XVIII. En el resto de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos se encuentran más casos, como los de las ermitas de San Cristóbal en Crivillén y Alloza.
El deterioro de San Blas en Alacón se agudizó tras la guerra civil de 1936, cuando el edificio se vio despojado de la techumbre.
Bibliografía