La ermita de Nuestra Señora del Olivar en Estercuel se sitúa en la plaza del mismo nombre (“Plazuela de la Virgen del Olibar”, se lee en una baldosa sobre la entrada), en lo que era el centro de la población.
Se piensa que fue su primer templo cristiano y ha pervivido hasta hoy, transformado pero reconocible.
Sus características arquitectónicas son muy sencillas: pequeña planta cuadrada, con tejado a dos aguas; fábrica de sillería y ladrillo, con casas adosadas en su parte posterior y en un muro lateral. El arco de medio punto del acceso, también de ladrillo, y una sólida puerta de madera ocupan buena parte de la fachada.
En el interior, los muros están lucidos y pintados de blanco, y el templo es una estancia pulcra, con la imagen de la Virgen en un soporte sobre la pared. El zócalo, de unos dos metros de altura y de piedra bien labrada, puede datar del siglo XIII, mientras que las paredes y el alero de ladrillo son labores mudéjares, quizá del XVII. Por entonces el prestigio de la Virgen del Olivar se puso de manifiesto en las obras del monasterio y no sería extraño que este edificio hubiera sido renovado en el mismo contexto.
Nuestra Señora del Olivar estaba cuidada por los devotos, que acudían en procesión algunos días festivos, entre ellos el 8 y 9 de septiembre cuando se celebraba la fiesta dedicada a la patrona. Esta ermita –además de la capilla de los Santos Mártires- es la única que el pueblo ha preservado siempre.
Bibliografía