Centro de Estudios Locales de Andorra
El yacimiento de icnitas de Ariño fue declarado por la Diputación General de Aragón Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto de Interés Cultural, zona paleontológica, con rango de Decreto (20/2003 de fecha 28 de enero y fecha de publicación en BOA el 12 de febrero de 2003), figura de protección para los Bienes del Patrimonio Aragonés.
Icnita es el nombre que se le da a una huella, y procede de la palabra icnos ('impresión').
La condición idónea para que se forme una huella es que el sustrato sobre el que queda la icnita sea un material de grano fino y alta plasticidad, condiciones que no se cumplen en este yacimiento, donde las huellas tienen muy poca definición. Además es importante que exista una pequeña capa de agua que proporcionará, por una parte, la humedad necesaria para la cohesión de las partículas del sustrato y, por otra, una sedimentación posterior (de un material diferente a ser posible), responsable de cubrir la huella y de que esta se preserve, condición que sí se cumple en este caso, donde los fósiles que acompañan a las huellas (bivalvos, especialmente ostras) indican que la sedimentación tuvo lugar en una zona cubierta por el agua marina de forma intermitente. Por otro lado, el tamaño del animal es también un factor importante ya que cuanto más peso, más profunda será la huella y, por tanto, más difícil de destruir.
La forma de las pisadas depende de tres factores: el pie del dinosaurio que la produce, el suelo en el que se estampa y la conducta del animal en el momento de la pisada.
Identificar al animal que produjo la huella no es una tarea fácil, puede haber procesos en el interior de la roca mientras el icnofósil permanece enterrado que alteren su morfología o incluso que la “borren” o, como aquí parece que ocurrió, que se haya erosionado la parte superior de la capa quedando las huellas muy poco claras sobre la capa inferior, que aflora, llamándose entonces “subimpresiones”.
La poca definición de las huellas, aunque sean profundas, revela que probablemente las pisadas productoras de las huellas no se produjeron directamente sobre la capa aflorante, sino sobre otra capa más moderna, actualmente erosionada (subimpresiones).
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Reconstrucción hipotética del yacimiento de huellas de dinosaurio de Ariño durante el Barremiense superior, con un ornitópodo en primer plano y un saurópodo al fondo. (Ilustración de "La dinoturbación de Ariño" citado en la bibliografía) |
En el yacimiento de Ariño se pueden observar 61 huellas de dinosaurios, que pueden ordenarse en tres grupos distintos: Las de menor tamaño y en número de 5, con forma de luna menguante, corresponden a miembros delanteros de saurópodos. Las más grandes, 30, son depresiones circulares de varios tamaños, donde no se pueden reconocer dedos, y se identifican como miembros traseros de saurópodos. Las diferencias de tamaño pueden interpretarse de dos formas, o bien por corresponder a especies diferentes, o bien por tratarse de una población joven y otra adulta dentro de la misma especie. Hay 16 grandes y 14 más pequeñas. Las huellas de tamaño intermedio, en número de 18, son tridáctilas y pertenecen a dinosaurios ornitópodos, seguramente del grupo de los iguanodóntidos, que se desplazaban de forma lenta sobre sus miembros traseros.
Las huellas forman un conjunto de huecos o depresiones más o menos irregulares y se localizan sobre un estrato de caliza bioclástica gris, con restos de moluscos bivalvos, en el techo de un estrato de la parte inferior de la formación Alacón. Esta es una sucesión de rocas calizas marinas someras que se depositaron hace unos 120-125 millones de años, correspondientes al piso Barremiense del Cretácico inferior.
Durante ese periodo de tiempo, las condiciones tectónicas generales de la cuenca ibérica (que había permanecido inundada por el mar de Tethys durante la etapa anterior, el Jurásico), dieron lugar a una etapa distensiva, o de rift o extensión, en las que el sustrato rocoso se fracturó y compartimentó en bloques por la actuación de fallas normales. En los bloques que permanecieron hundidos se formaron pequeñas cuencas donde se fueron acumulando los sedimentos. Una de estas cuencas fue la de Oliete, que quedó parcialmente aislada de otras contemporáneas más hacia el sur. Inicialmente la cuenca se rellenó de sedimentos lacustres y fluviales, pero progresivamente fue invadida por aguas marinas, convirtiéndose en una bahía de profundidad variable con aportes continentales (la formación Alacón). Durante esta etapa se desarrollan ambientes de marismas y pantanos costeros, muy próximos al mar o en la misma línea de costa, bajo condiciones de clima tropical, cálido y húmedo, por donde los dinosaurios se desplazaban y dejaban sus huellas sobre un fondo fangoso cubierto probablemente por agua del mar de muy poca profundidad.
EL CELAN (Centro de Estudios Locales de Andorra) tiene como objetivo la investigación y estudio de los diferentes aspectos de la realidad cultural de Andorra y su ámbito comarcal, así como la defensa del Patrimonio Artístico e Histórico.
La actual organización del CELAN fue aprobada en la Asamblea General de Socios de febrero de 2001. Los órganos directivos -como las de cualquier organización- son la Asamblea General de Socios y la Junta Directiva.
El Centro de Estudios Locales de Andorra (CELAN) comenzó su andadura en la primavera de 1999. Sus miembros fundadores proceden básicamente del Departamento de Geografía, Historia y Ciencias Sociales del I.E.S “Pablo Serrano” de Andorra y de la Universidad Popular de Andorra.