por José Antonio Pastor Montañés

Si revisamos antiguos programas de fiestas de muchos lugares de Aragón, hay un acto festivo que aparece con mucha frecuencia. Se trata de las tradicionales “corridas de pollos” o “carreras al estilo del país”. La primera denominación causa en no pocas ocasiones una cierta perplejidad e incluso comentarios sobre si eso no sería un caso de maltrato a animales. Pero no es este el caso. Las corridas de pollos (o gallos, en algunas poblaciones) es el nombre utilizado en Aragón para las carreras pedestres. El motivo es que siempre eran estas aves de corral el premio para los ganadores de la competición; y hay que pensar que en algunas épocas de escasez era una recompensa muy apreciada. El premio, normalmente, consistía en tres pollos para el ganador, dos para el segundo y uno para el tercero; también era frecuente que al último clasificado se le diera una cebolla como premio de consolación. Actualmente aún hay competiciones en las que se mantiene el citado obsequio en especie, aunque sea compartido con trofeos o premios en metálico.
Estas pruebas deportivas también se caracterizaban por la presencia de gaiteros interpretando melodías que animaran a correr más rápido. Y era tal la proliferación de las corridas de pollos que llegó a producirse un género musical propio de estas competiciones. En 2006 el músico Pepín Banzo realizó un trabajo titulado Música de las Corridas de Pollos en Aragón, donde aparecen bastantes muestras de este estilo musical procedentes de todo el territorio aragonés.
La partitura que presentamos hoy pertenece al repertorio del tío Cañico, gaitero de La Hoz de la Vieja. A este gaitero todavía lo recuerdan los más mayores, ya que fue muy habitual su presencia en muchas celebraciones festivas de la contornada, como ya mencionamos en el BCI n.º 14.
Bibliografía