En Estercuel no se vivía de forma habitual en las masadas, únicamente se solían habitar a temporadas, en la época de siembra y en la de recolección, cuando había trabajo. Lo normal era estar allí unos días y volverse a casa, ya que las distancias no son grandes. Pero la masada conocida como la Casa de La Codoñera era una excepción, pues en realidad era la casa donde vivía durante todo el año la familia de los guardas de la finca de La Codoñera.
El mas de La Codoñera tenía una casa grande, donde habitaba la familia que la regentaba y siempre había una habitación preparada y reservada para los dueños si venían de caza o de visita. Además de guardar la finca, por lo que cobraban un pequeño sueldo, trabajaban algunas tierras de labor de secano y algún trozo de tierra de regadío, aunque esta última no pertenecía a la finca de La Codoñera, sino al Sindicato de Riego. Poco a poco, se fueron haciendo con un ganado propio. Con esto y lo que sacaban de la tierra podían “ir tirando”.
Además de los corrales para los animales, había uno donde estaban las caballerías. Durante bastante tiempo tuvieron animales para el sustento diario y para vender alguno y poder sacar algún dinero para comprar ropa, utensilios y para algunos gastos extra.
Eran autosuficientes: con los animales por un lado, el cereal por otro, la verdura del huerto y el pan que hacían en su horno propio tenían prácticamente resuelto el asunto de la “manduca” cada día. Además, todos los años, como en casi todas las casas del pueblo, hacían la matanza de varios cerdos y preparaban el mondongo para pasar el crudo invierno de aquellos años.
En torno a 1945, se cosechaba por estas tierras bastante uva, por lo tanto también se elaboraban su propio vino para todo el año. Sin embargo, aunque la comida y la bebida no les faltaba, tampoco les sobraba.
En esta finca nunca hubo agua corriente, por esta razón en aquella época tenían que realizar un par de viajes al día para traer agua para dar de beber a los animales y para el uso doméstico. Más tarde la subían desde un pozo hasta la finca. Por supuesto, nunca llegó la electricidad,

Bibliografía
- Carbonell Plaza, Vicente, "Mases de Estercuel", Boletín de Cultura e Información (BCI) n.º 19, Andorra, CELAN, diciembre 2011.