
|
Joaquín Serrano con el carrito de los helados por las calles de Andorra. (1967) |
Helados Nalia era el nombre oficial de la heladería que en 1957 inauguró en Andorra el matrimonio formado por Joaquín Serrano y Pepita Albero. Sin embargo el negocio, que estuvo en funcionamiento hasta 1983, era más conocido en la localidad como «helados la Nalia».
M.ª Dolores y Yolanda, hijas del matrimonio Serrano-Albero, cuentan -en el artículo del BCI citado en la bibliografía- los orígenes del negocio familiar:
Su abuelo, en la posguerra, emigró al Bajo Aragón para reconstruir los cientos de casas destruidas durante la Guerra Civil. Al mismo tiempo compró unos terrenos para hacer una tejería, pero daba problemas de humos y los vecinos se quejaron. A su padre le ofrecieron entrar a trabajar en la mina, pero como no quería meterse en el agujero decidieron cambiar el oficio y hacerse heladeros. Su tío, que ya tenía una heladería en Pamplona, les animó, ya que entonces Andorra era una población próspera y parecía que cualquier negocio podía resultar.
Hacían helados desde Semana Santa hasta el Pilar y en invierno se convertían en panaderos-pasteleros haciendo churros, ensaimadas, etc. que su padre iba a vender a la Sindical. A partir de 1963 los inviernos los pasaban en Biar haciendo turrones en las fábricas que allí había.
La heladería estaba en la actual avenida de San Jorge. Y Joaquín también llevaba los helados a los pueblos de alrededor en grandes cajas de madera forradas de corcho con hielo y con sacos de arpillera para que pudieran guardar el frío.
Los helados los hacían con la leche que les llevaban “los Chulos” cada tarde; en verano la ponían en calderos de zinc, la hervían para que no se estropease y la metían en calderos de plástico y estos en barreños con hielo, que también fabricaban ellos.
Por cada litro de leche ponían 4 yemas, que esponjaban más y aumentaba el volumen y así había más ganancias. Hacían helados de varios sabores: tutti-frutti, vainilla, café, limón, fresa y especialmente los helados de corte de nata (la nata se la traían de las lecherías Quílez de Zaragoza en el autobús de la tarde) y los polos. Todos iban acompañados de los barquillos que también hacía Joaquín durante el invierno y además compraban en Zaragoza cucuruchos, que tenían otra textura.
Curiosidades
Hay diferentes historias sobre el origen de los helados. Algunos dicen que los primeros en elaborarlos fueron los chinos, otros los romanos, pero en lo que parece haber acuerdo es en que para hacerlos mezclaban las nieves de las montañas con miel, frutas, leche, etc. Fue en el siglo XVII cuando un italiano, Procopio, inventó la primera máquina que homogeneizaba el hielo con las frutas y el azúcar, y así obtenía una crema helada parecida al helado que conocemos actualmente.
También se ha llegado a decir que lo que hoy llamamos polo es un homenaje a Marco Polo.
Bibliografía