Centro de Estudios Locales de Andorra
Fernando Navarro Catalán nace en Andorra en 1944, fruto del matrimonio entre la andorrana M.ª Luz Catalán Alquézar y Enrique Navarro Gracia, zaragozano que junto con Antonio Gil se había trasladado a la localidad turolense para llevar a cabo la explotación de la mina María. En 1947 se muda con su familia a Albalate del Arzobispo, donde permaneció hasta 1954, momento en el que se instalan definitivamente en Zaragoza. Calaceite no puede faltar en su biografía por ser la localidad de veraneo familiar y un punto de encuentro cultural importante para el escultor.
La formación de Navarro tuvo lugar en la Escuela de Maestría Industrial de Zaragoza, donde encaminó su futuro hacia el diseño aplicado a la construcción de maquinaria, que tan profundamente ha determinado la identidad de su práctica artística y, más concretamente, la de su obra escultórica.
Su introducción en el ambiente artístico zaragozano se produjo en torno a los años setenta en la plaza de Santa Cruz o la Plaza del Arte, como también era conocida por aquel entonces, donde los jóvenes artistas locales acudían para exponer sus obras y donde Navarro entró en contacto con Luis Alberto Pomarón y Antonio de la Iglesia, entre otros. Con ellos se estrenó Navarro en la escena artística al fundar en 1975 el Equipo LT e inaugurar en la galería Atenas la primera exposición del colectivo.
Su actividad artística arrancaba en ese año de 1975 y desde entonces discurriría en paralelo a su dedicación profesional, a la que nunca renunció y que no le impidió desarrollar una carrera artística que fue especialmente intensa en la década de los ochenta y primeros noventa. En concreto, Navarro se lanzaba a la arena expositiva con su primera muestra individual en 1980 en la sala Barbasán, dedicada íntegramente a la escultura, y a la que le siguieron las celebradas en 1982 de nuevo en la sala Barbasán y en el Mixto-4 en 1983, con escultura y pintura. Además de la buena acogida que le profirió la crítica, los reconocimientos llegaron también a lo largo de los ochenta con la obtención de la beca del I Premio Internacional de Escultura Ángel Orensanz, el Premio de Escultura del XIV Certamen de San Jorge (1984) o el Premio de escultura del III Certamen Santa Isabel de Portugal de Arte (1988), así como la realización de los primeros proyectos de escultura en el espacio urbano, todo ello como consecuencia de la singularidad y personalidad de la propuesta escultórica de Navarro.
Aunque ha trabajado el collage y la pintura, es la escultura la manifestación artística más importante dentro de la carrera de Fernando Navarro por la insistencia con que la ha cultivado y por el personal tratamiento industrial concedido a la misma.
Las referencias artísticas que se evidencian al contemplar la obra de Navarro van del constructivismo ruso (El Lissitzky o László Moholy-Nagy) al neoplasticismo (con Vantongerloo, Theo Von Doesburg o Piet Mondrian), el arte neoconcreto (Lygia Pape, Julio Plaza o la escultura de Lygia Clark) o el Op Art (Victor Vasarely), pero, por encima de todas ellas, se debe tener en cuenta su propia condición de profesional del diseño industrial que va a quedar reflejada en la manera de preparar los bocetos de sus obras, concebidos como los croquis propios de un trabajo industrial. Los materiales y técnicas son un reflejo también de la influencia de este mundo profesional al utilizar chapas de acero lisas, estriadas y policromadas, acero inoxidable o metacrilato; en el caso de las técnicas de trabajo, estas van del remachado o el atornillado a la soldadura. Además, la escultura de Navarro se construye también a partir de la ironía, el sentido del humor y de lo lúdico, tomados del Dadá, el surrealismo y la posmodernidad.
La manera en cómo Navarro configuró los rasgos básicos de su escultura evolucionó a lo largo del tiempo, aunque siempre dentro de una identidad propia marcada por lo industrial. Partiendo de chapas recortadas en acero inoxidable, el autor fue introduciendo colores planos de gran intensidad que iban del rojo al azul, el amarillo, el negro, el blanco o el verde, construyendo con estas chapas composiciones geométricas en las que vemos diseños dinámicos, ascendentes, abiertos y ligeros, propios de sus primeros años y visible en obras como Homenaje a Mondrian, así como composiciones en las que juega con la idea del equilibrio, del movimiento y la curva a través de la introducción de la esfera, estructuras tubulares con diferentes grosores y de finas varillas de acero inoxidable, como es el caso de Berry on the top, con la que obtuvo el Premio de escultura del III Certamen Santa Isabel de Portugal de Arte (1988).
Navarro se introdujo tempranamente y con intensidad en el ámbito del arte público abonado por dos factores como era la recuperación y consolidación del arte público a nivel internacional en el marco de los años ochenta y, por otro, el impulso extra que gozó en el conjunto del país y también en Zaragoza al calor de los nuevos gobiernos autonómicos y ayuntamientos democráticos, que iniciaron toda una serie de inversiones en renovación urbanística, mejora de infraestructuras y rehabilitación monumental que, acompañados en algunos casos por el 1 % Cultural, favorecieron el impulso de la escultura pública en las calles de Zaragoza y en otras localidades de Aragón.
Un total de doce obras en el espacio público han sido realizadas por Navarro a lo largo de su carrera, concentradas la mayor parte de ellas en los años ochenta y primera mitad de los noventa y repartidas por todo Aragón (junto a Zaragoza, Navarro también dejó ejemplos de su escultura pública en Agüero, Sabiñánigo, Cuarte de Huerva, Calaceite, La Cartuja y Alcañiz).
De entre todas ellas, la más destacada es Puesta de sol (1988), un monumento de 9 metros de alto, 25 metros de ancho y 10 metros de profundidad realizada para la rotonda donde confluyen la Ronda Hispanidad con la carretera de Madrid y la avenida de Madrid.
Si hay una práctica artística que ha acompañado a Navarro a lo largo de toda su carrera ese es el collage, primero en sus tímidos acercamientos al mundo de la creación siendo todavía un adolescente y, posteriormente, como un artista pleno, tanto de la mano de Pomarón en su etapa de LT, como de manera individual. La mayor proyección que tuvo su escultura supuso, sin embargo, que el collage quedara relegado a un segundo plano que se superaría a partir de los primeros noventa para pasar a ocupar, solo a partir de entonces, un lugar equiparable e indisoluble con respecto a su escultura.
Su interés por el surrealismo y el dadá es causa directa de esta dedicación de Navarro, quien dio sus primeros pasos en el collage de la mano de Pedro Christian García Buñuel, sobrino de Luis Buñuel, y a través del cual conocería la obra del gran Max Ernst o de dos “collagistas” aragoneses como Alfonso Buñuel y Luis García Abrines. Teniendo en cuenta estos referentes, resultaba inevitable que la obra desarrollada por Navarro se situara en la línea del collage surrealista, jugando con la repetición de las imágenes empleadas, que yuxtapone dos, tres y hasta cuatro veces una misma obra, lo que le permite introducir una secuencialidad que da mayor ritmo y dinamismo a la obra al tiempo que construye el tono humorístico de la misma.
Su modo de entender y practicar el collage se ha ido transformando en el trabajo de Navarro, observando en todo su conjunto una notable evolución que se iniciaba con el foto-collage que desarrolló en sus años del Equipo LT, basado en las imágenes fotográficas que él mismo realizaba, y que ha desembocado en lo que podemos denominar esculto-collage, piezas mucho más complejas en las que Navarro ha aunado su práctica escultórica y collagista.
EL CELAN (Centro de Estudios Locales de Andorra) tiene como objetivo la investigación y estudio de los diferentes aspectos de la realidad cultural de Andorra y su ámbito comarcal, así como la defensa del Patrimonio Artístico e Histórico.
La actual organización del CELAN fue aprobada en la Asamblea General de Socios de febrero de 2001. Los órganos directivos -como las de cualquier organización- son la Asamblea General de Socios y la Junta Directiva.
El Centro de Estudios Locales de Andorra (CELAN) comenzó su andadura en la primavera de 1999. Sus miembros fundadores proceden básicamente del Departamento de Geografía, Historia y Ciencias Sociales del I.E.S “Pablo Serrano” de Andorra y de la Universidad Popular de Andorra.