Bordón
Y así llegamos a Bordón, primer destino de la excursión. Allí nos espera Francisca para abrirnos y explicarnos la iglesia parroquial de la Virgen de la Carrasca, una verdadera joya del patrimonio turolense. Comienza con una breve introducción en la que se mezclan, a partes iguales, leyenda e historia. El devenir del pueblo está ligado a los templarios que dominaron las tierras de Mirambel, Cantavieja y Castellote entre 1212 y 1314. En 1282 concedieron a Bordón la Carta de Población (Carta Puebla) incorporándolo a la Encomienda de Castellote.
Por otro lado, cuenta la leyenda que un pastor se encontró una imagen de una mujer con un niño debajo de una carrasca, que rápidamente se asoció con la Virgen. La trasladaban a la iglesia pero la imagen, tozuda, volvía una y otra vez a su lugar de aparición dando el hecho como milagroso. Y la leyenda se alía con el interés de instalar en esa parte del camino Real una hospedería. La zona donde estaba la carrasca es un valle pequeño, con buena vegetación, apto para el descanso de ganaderos transhumantes. Poco a poco se convirtió en un lugar de peregrinaje de los pueblos de alrededor para pedir lluvia. Cada vez se acercaban más viajeros de tal manera que se quedó pequeña la primera ermita y los templarios, en su lugar, construyeron la iglesia y el convento. En 1317 Jaime II decretó la disolución y persecución de la Orden del Temple y todas sus posesiones pasaron a la orden de San Juan de Jerusalem, dando a Bordón el título de villa.
La iglesia está configurada por numerosas reformas. El templo tiene una sola nave de seis tramos, divididos por arcos apuntados predominando el estilo románico de transición al gótico. Esta estructura se remonta al siglo XIV en que seguramente hubo una techumbre de madera sobre los arcos fajones. En el siglo XVIII se quemó y fue sustituida por una bóveda de piedra. La torre está situada a los pies de la iglesia, es de planta cuadrada con tres cuerpos en altura. La entrada se realiza por un arco apuntado. Lo más interesante es la abigarrada decoración del interior. Data del 1719. Entre los temas destaca la leyenda sobre la fundación de la iglesia, el fresco de la Virgen de la Araña, patrona del pueblo desde 1733 y la representación de un escudo de armas, con una especie de león. Destaca la capilla de Santa Lucía, seguramente pagada por alguna familia rica. En los capiteles se representan escenas de los evangelios apócrifos (en uno de ellos se representa la Adoración de los Magos con una estrella de ocho puntas, templaria). Sorprende el Pantocrator de la clave, tallado en piedra, curiosamente colocado de lado y no frente a la entrada, con una bola en la mano en la que se ve una carrasca y dos torres almenadas. Otro detalle interesante es la imagen de la Virgen con el niño Jesús entrando por su oreja, representando su embarazo por un orificio no pecaminoso.
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