Almonacid de la Cuba
La última parada del viaje es Almonacid de la Cuba. Llegamos desde la carretera de Letux y la presa romana es la carta de presentación del pueblo.
La presa está ligada a la localidad romana de nombre desconocido que se asentaba en el cercano Cabezo de Nuestra Señora del Pueyo de Belchite. Al mismo tiempo es uno de los muchos elementos del sistema hidráulico que los romanos pusieron en marcha en todo el valle del Ebro y en algunos de sus afluentes, como es el caso del río Aguasvivas, no sólo para el abastecimiento de las ciudades y de sus habitantes, sino también para las explotaciones agrícolas de todo el valle. La presa original era una estructura conformada por tres arcos apoyados en dos contrafuertes y en el terreno, levantada en época de Augusto (27 a.C. al 14 d.C.). En la época de Claudio (41 al 68 d.C.) se realizaron reparaciones en el bloque del aliviadero. Con posterioridad a la época Claudia se realizaron al menos otras dos reparaciones sucesivas en el aliviadero de la presa.
Durante el Bajo Imperio romano entró en un periodo de inactividad. Fueron los árabes los que recuperaron la presa y restauraron el ojo de la cuba totalmente aterrado.
Hacia 1787 se construyeron un batán y un molino que obligaron a reparar la presa para adecuar el primitivo ojo de alivio de aguas y derivarlo al nuevo canal del molino; también sufre una reforma en la que en la zona superior se abre un gran aliviadero, perforando toda la pantalla de la presa y volviendo a colocar en su sitio los sillares romanos. La construcción de la carretera sobre la presa también supuso que se arruinara la parte superior de la misma.
En la margen izquierda del río y pegado a la presa está el molino harinero, convertido en la actualidad en una magnífica casa rural llamada El Molino Alto. Está regentada por las herederas del molinero Alberto Sancho Maidal, Maribel y su hija Cristina. Nos cuentan que su padre fue el último molinero, molía para la alimentación. De hecho conservan toda la maquinaria restaurada e intacta. También conservan el sistema para generar electricidad que les permitía tener luz en la casa.
La casa rural está dividida en apartamentos y habitaciones con cabida para 12 ó 14 personas. Tiene áreas comunes como el salón de la entrada y se puede alquilar de forma individual o completa. Las dueñas enseñan con gran amor todas las dependencias del antiguo molino, explican su utilidad y cómo funcionaban los diferentes aparatos de moler.
Totalmente recomendable por sus instalaciones impecables y sus vistas a la presa de la Cuba.
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