Viaje en el tiempo, el Parque Geológico de Aliaga
¿Alguna vez nos hemos parado a mirar el paso del tiempo? Aliaga es el mirador perfecto para observarlo, nada menos que 200 millones de años están escritos en sus rocas. Una historia llena de sucesos que han dejado su huella casi de una forma continua: llegadas y retiradas del mar, ascensos y hundimientos de bloques, depósito de capas de rocas en diferentes ambientes, seres vivos que vivieron en estos lugares, muchos de ellos ya desaparecidos, que luego quedaron fosilizados dando testimonio de su existencia y de su habitat, empujes, compresiones y apreturas que deformaron las capas de roca, estiramientos que las rompieron, elevación de montañas, modelado de los paisajes por desgaste y erosión de los relieves y encajamiento de los ríos..., no en vano el nombre de Aliaga viene del árabe: Alulgha que significa "donde el valle se retuerce" ¿qué mejor nombre para un paraíso geológico?
En el año 1993 se creó el Parque Geológico de Aliaga (uno de los primeros "Geoparques" en España) gracias a la iniciativa del Ayuntamiento y el Departamento de Geología de la Universidad de Zaragoza. Visitar sus espectaculares relieves y formaciones geológicas se convierte en un paseo muy interesante tanto para científicos como para visitantes curiosos.
Hay varias rutas muy bien señalizadas y explicadas. La primera se encamina al mirador del Alto de Camarillas al que se llega por el desvío que sale de la carretera de Teruel a 400 m de Aliaga, y a menos de dos Km ascendemos por la senda marcada hasta el primer mirador, orientado hacia el Este. Desde allí se pueden identificar las formaciones rocosas de distintas épocas: desde las más antiguas calizas marinas del Jurásico (200 millones de años), a las variadas rocas Cretácicas, tanto de origen continental como marino, lo que nos está hablando de retiradas y avances del mar, o los materiales Terciarios correspondientes a lagos y abanicos aluviales, torrentes y ríos, hasta los más recientes, los sedimentos que van dejando los ríos actuales, el de La Val y el Guadalope. Los llamativos relieves que se observan se deben tanto a la alternancia de rocas resistentes y blandas como a la disposición estructural de los estratos de rocas inclinados, plegados y rotos.
Si avanzamos unos metros por la cresta llegamos al segundo mirador, orientado hacia el Norte, desde el que se contempla uno de los flancos de un gran pliegue por detrás de la barriada minera de Santa Bárbara y lo que queda de la explotación minera de carbón que comenzó en los años 40.
Volviendo de nuevo hacia Aliaga hacemos una parada antes del puente sobre el río de la Val para observar "La Porra", una capa vertical de roca del Cretácico inferior que forma parte de uno de los flancos de un gran pliegue erosionado.
El recorrido de unos 600 m por el estrecho de la Aldehuela sumerge al paseante en un mundo geológico casi apabullante: formaciones de rocas verticales que desafían la gravedad, imponentes estructuras tectónicas como pliegues serpenteantes (de eje vertical, muy llamativos), todo ello producto de la orogenia Alpina que afectó a estos materiales del Cretácico superior algunos millones de años después de haberse retirado el mar por última vez de estos lugares. A lo largo del itinerario se encuentran muchas placas explicativas para el que quiera conocer los detalles.
Para terminar este paseo geológico, dentro del mismo casco urbano de Aliaga, junto a la Guardia Civil, existe una mesa de interpretación, con explicaciones de lo que desde ese punto se observa: La Olla, un gran pliegue anticlinal serpenteante, con su cresta curva, de calizas cretácicas que constituye el símbolo del Parque Geológico de Aliaga.
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