La tienda del alcalde
Dentro de nuestro recorrido por Albalate no podemos pasar de largo la llamada “tienda del alcalde” nombre coloquial del negocio que perteneció al que fue alcalde de Albalate entre los años 1961 y 1973 y padre de los dueños actuales. Es un comercio tradicional en el que Pilar Saborino y su hermano, te atienden directamente.
Nos cuentan que el origen hay que buscarlo en el bisabuelo que llegó desde la localidad de Muros en Pontevedra, ya hace más de 100 años. Se dedicaba a vender los productos con una burra, por el pueblo: alpargatas de cáñamo, agujas saqueras, trenzadera… El local lo compró el abuelo Gregorio José Saborido. Inicia su andadura como tienda de comestibles, expenduría de tabaco y droguería con todo tipo de productos eléctricos, perfumería, etc. “Vendían desde una galdufra hasta unas medias”. Pilar nos dice: “A mi madre le salieron los dientes detrás del mostrador, y tiene 90 años”. Más tarde se separarán por un lado la tienda de alimentación y por otro el resto de los productos ya que se casan dos hermanos con dos hermanas y así mantienen dos negocios.
El abuelo le llamó al negocio Nuestra Señora de Arcos y como reza en las bolsas de papel que daba para meter las pequeñas compras, era una tienda de ultramarinos, sedería, quincalla, objetos de escritura, abonos, ferretería y expenduría oficial de tabacos. Como muchas de las tiendas de los pueblos de Teruel también dispensaban aceite o incluso vendían máquinas de coser. Nos cuentan que en el pueblo había dos estancos. Los domingos tenían que hacer guardia y abrían uno cada domingo. Vendían el tabaco a través de una pequeña ventana que daba a la calle y sólo podían despachar ese producto.
En Urrea había un comercio similar, se llamaba “El Arca de Noé” y el dueño estuvo aprendiendo en la tienda de Albalate.
En la actualidad siguen comercializando más o menos los mismos productos. Consideran que no han notado en exceso la crisis ya que nunca tuvieron grandes altibajos, por lo tanto se mantienen. Sí han notado cambios con respecto a la clientela, que antes esperaban que llegara el producto si no lo tenían en la tienda, ahora no esperan y lo van a comprar a otra localidad, sobre todo a Andorra o a Alcañiz.
Conservan la tienda exactamente igual que cuando la montaron. Nos explican que muchos negocios han cambiado su mobiliario y se han modernizado pero ellos han preferido mantener el sabor de tienda antigua con sus estanterías, sus cajoneras, su fantástico mostrador de nogal y el suelo de cerámica geométrica blanca y negra
Nos vamos pensando que estos negocios no deberían desaparecer. Realizan un papel en la distribución y venta de productos en los pueblos, pero como nos dice Pilar no hay relevo generacional y que ya verán…
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