Museo de juguetes
Una agradable sorpresa nos espera en Urrea de Gaén. Es el Museo de Juguetes promovido por Ignacio María Martinez Ramírez que lo ha dotado con su colección particular y su mujer, María Ángeles Calmache Pamplona.
La elección de su ubicación se debe a dos razones fundamentales. Por un lado han pretendido completar la oferta turística y cultural de la zona en la que se encuentra el balneario de Ariño, el museo minero de Andorra, la villa romana de La Loma del Regadío de Urrea y el conjunto histórico-artístico de Albalate y por otro lado una cuestión puramente sentimental ya que María Ángeles es de esta localidad.
El afán coleccionista nace en Ignacio desde pequeño. Nos explica que en su familia ya se coleccionaban juguetes, de hecho son los dueños de la juguetería Kits de Zaragoza y allí nació la afición. Hay alguna pieza cedida o regalada. Según parece sólo hay una mínima representación de todo lo que tienen almacenado. Muchos no estaban pensados para jugar sino solamente para admirar.
El criterio de la exposición es, en principio, cronológico pero hay otros temas que se escapan a lo meramente temporal.
Los temas de las vitrinas son entre otros:
a) Juegos de calle con baldrufas (peonzas), canicas, tabas, chapas y ciclistas; o tiendas, comercios, bajo el epígrafe “¡A jugar en la calle!, con una gran fotografía de la calle Elcano de San Sebastián donde había tres tiendas de juguetes.
b) Muñecas alemanas o francesas de porcelana, desde 1910, el bebé Badalona, o la famosa Mariquita Pérez.
Esta última es una muñeca que se idea en los años 1939/1940 por Leonor Sánchez Coello. Es un artículo caro (100 pesetas), viste como los niños de entonces y hay toda una infraestructura de sastres y trabajo doméstico realizando sus productos. Se hicieron álbumes, programas de radio y recortables, más asequibles para toda la población menuda. Estaba fabricada con una pasta muy lijada, no era de porcelana.
Tuvo sus imitaciones como las Giselas o las Cayetanas. Se hacían con una pasta de harina de algarroba y sosa cáustica. Generalmente tenían un final rápido.
Hay una Pepona catalana a la que acompaña la cartilla de racionamiento.
En los años 50 y 60 el material para hacer muñecas era el celuloide, bastante quebradizo y la goma.
c) Juguetes sexistas como fregonas o puzzles con los que aleccionan a niños y niñas sobre qué tareas sociales debe realizar cada uno.
d) Los trenes eléctricos, que fabricaban en Jijona desde 1906. De esta parte sólo se muestra un 10% de la colección que pertenece a Ignacio. Era y es el juguete de chico por excelencia. Son trenes que llevan entre 60 y 80 años funcionando. De la Casa Payá, en Ibi (Alicante) datados en 1935 y de Rico (hay uno de 1906). Ignacio nos explica que los heladeros de la zona trabajaban la hojalata y copiando esquemas alemanes, fabrican sus juguetes siendo el motor de los años 70 y 80. Los trenes al principio eran de cuerda y en los años 30 aparecen los eléctricos, con motores y transformadores (hay una muestra del reóstato que parece ser era peligroso por las descargas eléctricas que podían sufrir los niños).
Una joya del museo es un tren eléctrico que conserva la caja y la factura de Lacaze óptico, de Zaragoza, por valor de 1360 pesetas y que nos hace valorar lo caro que era el juguete en un momento en que el suelo diario era entre 5 y 7 pesetas.
e) Juguetes de los años 60 y 70 como son el Barriguitas, el Palomitón o el Golositón, la Nanci y todos sus accesorios, ubicados con los papeles de embalar del Bazar X o los Almacenes El Águila.
f) Juegos de construcciones, arquitecturas, de piedra, de madera y el inicio del plástico en los 50-60. Juegos de la fábrica zaragozana CEFA y Exin Castillos (EXIN significa exclusivas industriales).
g) El Belén de Navidad o “de cacharrillo”, con figuritas de patas de alambre, en el que se muestra toda la historia del Nacimiento en un espacio reducido: los Reyes Magos, Herodes, el caganet, los pastores, la anunciación a los pastores…
h) Calendarios religiosos que marcan, para los niños, todas las fiestas religiosas, juguetes del Corpus, recordatorios de la 1ª Comunión, el tambor y las carraclas y matracas de Semana Santa…
i) Casa-colegio en la que aparece en pequeño todas las estancias como la iglesia, el comedor, las aulas, el laboratorio…
j) El mundo religioso representado en recortables o el Arca de Noé, juguete anglosajón que se popularizó a finales del siglo XVIII llamado “juguete del domingo”. A los animales que cargaba la nave les llamaban los “animales de la miseria” ya que eran fabricados por familias en casa y cada una se especializaba en un animal. Con este sistema doméstico recibían un pago que completaba sueldos de miseria.
k) Juguetes didácticos con los que se enseñaban disciplinas como la química o geografía o incluso los pecados con la oca. Los más populares fueron el Cheminova o los puzzles con mapas.
l) Juguetes y política y Juguetes en pie de guerra, que nos recuerda el mundo bélico con los soldados de plomo o la II República española con un juego de la oca cuajado de personajes de la política española como Alcalá Zamora. Después de la Guerra Civil los escasos juguetes muestran los signos del bando ganador, se pasa al papel y al recortable y a juguetes imitando madera.
El periodo de preguerra de la II Guerra Mundial también inspiró juguetes en Alemania. Este país estaba en pleno rearme y los juguetes serán aviones para formar futuros pilotos. Cuando se acabe el conflicto Luis Marx en Estados Unidos masificará la fabricación de juguetes para todo tipo de clientes. Hay una maqueta realizada por su padre, Enrique Martínez Peña, en 1997, de un barco crucero ligero inglés y un recortable de USS Missouri con escala 1/2000
m) El teatro también tiene su representación en la sección ¡Arriba el telón! Se muestran marionetas de hilo alemanas, títeres de guante y teatrillos en los que se representaban obras completas. Seix y Barral, Palluci, El teatro de los niños…
n) “Yo quiero ser de mayor…” Juguetes para desarrollar vocaciones como ingenierías, tiendas, anatomías, aventureros, astronautas, comerciantes, banqueros, amas de casa o el famoso “palé” (apócope del creador, Paco Lepe). Conserva el álbum del ahorro infantil suyo y de su madre, muy similares.
o) Juguetes de colección para adultos con muñecas de colección, muñecas bombonera, juguetes de apuestas, etc.
p) El cine y el juguete, con la Linterna Mágica, el cine de Payá, y un artilugio para imitar el cine sonoro.
A todo este repertorio hay que añadir las casas de juguetes magníficamente dotadas y elaboradas por la madre de Ignacio, Adelaida Ramírez Ordóñez, que cuentan todas las historias que el espectador quiera imaginar. Ignacio nos cuenta que las casas de muñecas ya están documentadas en el siglo XVI, por ejemplo en inventarios de casas nobles de Baviera, Holanda, Centroeuropa en general. Las que ha diseñado su madre y se ven en el museo conservan las medidas imperiales 1-12. Tanto la casa premiada en Madrid con el primer premio Casa de Muñecas en 1999 y que estuvo mucho tiempo en el escaparate de su tienda en la calle Mayor de Zaragoza, “Belle epoque”, como “La fiesta de cumpleaños” datada en 1996, que invita a mirar por las ventanas y ver las escenas reproducidas en miniatura, son creación, diseño y realización de Adelaida.
Le preguntamos a Ignacio cómo se ha hecho con semejante colección y nos cuenta que hay algunas donaciones, pero básicamente ha sido trabajo de compra, de coleccionista, recorriendo mercadillos y ferias… nos dice que ahora, con Internet, pierde emoción.
Es un Museo totalmente recomendable por muchas razones: hay piezas únicas, las vitrinas te evocan tiempos de la infancia, ayudan a los niños a entender la vida cotidiana desde los juegos de sus mayores, e Ignacio vive el juguete, conoce cada vericueto de este mundo y comunica su saber con gran precisión y dinamismo.
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