Segundo de Chomón otra vez entre nosotros
El 17 de junio, en la librería El Reino del Revés se llevó a cabo la presentación del cómic “Chomón, el mago de la luz” con guión de Queco Ágreda e ilustraciones de Roberto Morote. Esta es la primera presentación oficial de un libro en este establecimiento que tiene, entre sus objetivos, mantener este tipo de actividades.
Los autores expusieron cómo se creó, primero el guión seguido de las ilustraciones.
La idea nació en una reunión informal con el editor, mientras se llevaba a cabo la presentación de otra novela ilustrada sobre Luis Buñuel “La noche perdida de Luis Buñuel” con guión del mismo autor, en 2018. En esta conversación se nombra a Chomón y la necesidad de hacer algo parecido sobre su vida y obra. Así que, como cuenta Queco, empezó a documentarse sobre el cineasta. Cuanto más se informaba más se bloqueaba, no hallaba el modo de enfocarlo sin que pareciera una simple acumulación de datos. Este atasco creativo vino acompañado de la pandemia que empeoró la situación. El desbloqueo lo facilitó su editor, que algo estresado, le metió prisa para que acabara la obra. Como no sabía cómo empezar decidió coger el toro por el rabo y emprender la narrativa por el final e ir retrocediendo en el tiempo.
Por otro lado la editorial G.P. pensó en Roberto Morote como dibujante. Ya había acabado “Camino de Sirga” con éxito y cogió el encargo de “mil amores”. Solo debía llegarle el argumento y ponerse a trabajar. Cuando todo parecía atado, ya tenían dibujante y la trama empezaba a perfilarse con una tercera parte ya rematada, Queco recibió otro revés. El profesor de literatura Iván Núñez publicó una biografía sobre Segundo de Chomón en la que desmantelaba gran parte de los datos sobre la vida de nuestro protagonista. Para empezar, es cierto que nació en Teruel pero allí estuvo apenas unos meses trasladándose con su familia primero a Valencia y luego a Barcelona. Estos y otros errores dejaron a Queco otra vez perplejo y nos explica, no sin cierta ironía, que de todo lo escrito apenas pudo salvar tres páginas. Esto supuso otro bloqueo creativo. Así que Roberto empezó sus borradores sin conocer parte del argumento. Tal y como requiere el trabajo de un dibujante lo primero fueron los bocetos. Se los mandaba a Queco y cuando le daba el visto bueno convertía el boceto en un dibujo acabado. Y el guionista hacía lo mismo, iba enviando el argumento casi por fascículos.
Para que el resultado se acercara a un documento de principios de siglo, Roberto analizó los colores que aparecen en las películas de Segundo, creo una gama de tonalidades y le dio un acabado simulando las rayas, los puntos y las imperfecciones de una cinta antigua. Finalmente la creación de la portada parece un invento propio del mismo cineasta. Para aparentar una cámara de los principios del cine puso un altavoz sobre un trípode y se dejó fotografiar como si la estuviera manipulando.
El acto acabó con dos actuaciones protagonizadas por Lydia Vera. En la primera salió disfrazada de la última persona que conoció a Segundo, Macaria, que con muy buen humor y mucha gracia nos dio una visión del cineasta desde su punto de vista, vaya, que pareció que la inspiradora y la inventora de toda su obra era prácticamente cosa de ella.
Tras esta intervención cogió la guitarra y amenizó el final con sus canciones. Los asistentes la escuchábamos mientras nos refrescamos con un picoteo y unas bebidas. Una buena manera de pasar la tarde de un jueves cualquiera en nuestro pueblo.
Texto: Beatriz Ara
Fotografías: Rosa Pérez
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