Goya y Buñuel. Los sueños de la razón
El Museo de Zaragoza y el Museo Goya acogen hasta el 30 de diciembre la muestra que llega a la capital aragonesa, tras pasar por el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, en la que se reúne una cuidada selección de obras originales de los dos creadores aragoneses, que alcanzaron cotas excepcionales de creatividad en sus respectivas producciones. Está organizada por el Gobierno de Aragón y Fundación Ibercaja, en colaboración con la Fundación Goya en Aragón y el Centro Buñuel Calanda.
La muestra, con un novedoso discurso expositivo entre los dos artistas, se compone de pinturas y grabados de Goya, fotogramas y secuencias de películas de Buñuel, documentos y libros, además de espacios exclusivos en los que se proyecta el audiovisual que se ha producido con motivo de la muestra.
Las piezas proceden de colecciones tanto públicas como privadas como el Museo de Zaragoza, el Museo Goya, la Colección Ibercaja-Museo Camón Aznar, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Lázaro Galdiano y la Filmoteca Española, entre otros. Se ha dividido en cinco secciones, cuatro de ellas ubicadas en el Museo de Zaragoza y que se desarrollan en el terreno de las ideas y de la creación de ambos: El valor de la curiosidad. Explorar y aprender; El principio de la incomodidad; Subversión en libertad; y Asomarse al interior, y la quinta, en el Museo Goya, Convergencias.
La muestra pone de manifiesto el enorme potencial creador de los dos aragoneses y analiza el espíritu crítico y curioso que les permitió explorar las posibilidades del arte para cuestionar la realidad de sus propios contextos históricos.
Goya y Buñuel, cada uno en su época, transitan por los terrenos más fronterizos de la mente, son dos grandes valedores de lo irracional. Compartieron principios creativos y posiciones vitales comunes. Bajo el lema “El sueño de la razón produce monstruos” se establece una confluencia interesante. Tanto Goya como Buñuel coincidieron en subrayar a través de sus obras las extraordinarias posibilidades que esconde la imaginación humana ejercida en libertad.
En la muestra se establecen convergencias entre los dos genios: aragoneses, sordos y afrancesados. Ambos compartieron un audaz interés por la naturaleza humana, ambos fueron creadores magistrales de atmósferas innovadoras y tenaces luchadores a la hora de encontrar los medios de expresión con los que identificarse y ambos viajaron no solo al interior de sus mentes sino también al exterior geográfico.
La exposición no pretende emparejarlos bajo el supuesto de que ambos persiguieran objetivos comunes, pero sí resulta factible confrontarlos a través de categorías de nivel más abstracto, como se puede observar en las diferentes secciones en las que se ha estructurado la muestra: el afán de explorar el mundo y aprender de él, el sentimiento de incomodidad ante lo defectuoso, la libertad creativa y su derivación hacia la subversión y, finalmente, la mirada desinhibida hacia el interior. A ello se añade un cierto número de evocaciones o citas concretas que Buñuel quiso hacer de Goya, que quedan más en el terreno de lo anecdótico que de la influencia efectiva.
En la trayectoria de Goya y Buñuel se pueden identificar posicionamientos comunes, ya que fueron artistas curiosos, interesados por aprender y renovarse constantemente, además de compartir una actitud crítica, frecuentemente incómoda. También fueron grandes amantes de la libertad, pero sabían que solo en el territorio de la imaginación podía gozarse en plenitud y convertirla en un instrumento de subversión, y todo esto fue lo que permitió a uno y otro adentrarse en las profundidades del ser humano. Ambos mostraron la capacidad a lo largo de su trayectoria creativa para fabular, con libertad y liberándose de prejuicios.
Fue en 1926, cuando Luis Buñuel, al comienzo de su carrera, se aproximó a la figura del genio de Fuendetodos con motivo de la celebración del centenario de su muerte y la junta que organizaba los actos conmemorativos le encargó realizar una película que finalmente quedó solo en un guión.
Se trata de dos figuras culminantes que Aragón ha aportado a la historia de la cultura universal y cuyo enorme potencial creador e interés por explorar la naturaleza humana pone de manifiesto esta muestra, a pesar de la distancia temporal que los separó.
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