Música y patrimonio 2018, en Alacón
Comenzó en Alacón el XI ciclo Música y Patrimonio, organizado por la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, CulTurAndorra, la red aragonesa de espacios escénicos y las parroquias y ayuntamientos participantes. La primera actuación, en la iglesia parroquial de Alacón “Tributo a Grapelli”, con los intérpretes: Raúl Márquez, violín; Javier Sánchez, guitarra y Gerardo Ramos al contrabajo, fue un éxito. Este trío especializado en la música de los años 30 y el jazz manouche es un referente en el panorama madrileño. En esta ocasión rindió tributo a uno de los mejores violinistas de jazz de todos los tiempos, Stephane Grappelli, así el concierto fue un homenaje al personal estilo del maestro y a su legado en el jazz actual.
Raúl Márquez, cuyos orígenes están en Las Parras de Martín y Palomar de Arroyos, pueblos de sus padres, ha mostrado desde siempre un gran interés por la música popular siendo pionero y desarrollando técnicas específicas para la aplicación del violín en diferentes estilos. Su interés por adaptar este instrumento a la música moderna le ha llevado a colaborar con muchos artistas y ha forjado una personalidad y versatilidad inconfundibles. Ha colaborado en giras y grabaciones con artistas como Sara Baras, Joaquín Cortés, El Cigala, Rafael Amargo y Revólver.
En Alacón valoró la propuesta que recoge “Música y patrimonio”, porque considera importante promocionar la música y la cultura. “Acepto iglesia como sala de conciertos”, fue uno de sus comentarios, al igual que el hecho de que dos de ellos fueron monaguillos de pequeños, así que se encontraban “en su salsa”. Interpretaron piezas tocadas por Grappelli, bandas sonoras de películas con efectos especiales a los que se sumó el público y se atrevieron con Juan Sebastian Bach en modo swing, haciendo de solistas y orquesta.
La guitarra de Javier Sánchez sonó estupendamente, Raúl lo comparó con Django Reinhardt, el mejor, y con más dedos.
Raúl vive en Madrid. Nos contó que estuvo en la escolanía de los Infanticos del Pilar entre los 8 y los 14 años, donde aprendió a tocar piano y violín; de allí pasó al Conservatorio y luego a la calle, donde tocó con grupos de flamenco importantes y luego pasó al swing y al jazz. Nos comentó que pese a que ahora tocan música europea, valora mucho la música de los gitanos por el ansia de libertad que expresa; se inventan la armonía, es una música seminómada muy interesante.
Nos encantó cómo sonaban en Alacón, su concierto, cercano, vivo y muy bueno. Participan en festivales de jazz y salas de conciertos. Homenajean al llamado gipsy jazz o jazz manouche, ese estilo que revolucionaron y popularizaron dos monstruos como Django Reinhardt y Stephane Grappelli.
Es creador y miembro de originales proyectos comunes y propios como Tributo a Grappelli, Swing Machine Orchestra, Menil, Cabaret Flotante, Espacio Despacio…
Nos contó que tiene una orquesta de cuerda compuesta por 12 músicos, como una bigband de viento, con músicas de los 30, y lo que valoran la cercanía y la amabilidad de la gente de pueblos pequeños… y algunos de sus proyectos, como rodar un videoclip tocando en un globo y llegar así a un pueblo de Segovia para hacer una actuación.
Hemos quedado con ellos para cualquier otro día, siempre está bien oír buena música interpretada por gente como ellos, que la viven y la comparten.
¡Ha sido un buen inicio del ciclo, el listón está muy alto!
Texto y fotos: Angelines Tomás y Pilar Sarto
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