Nuestra despedida va a ser recordarlo por su vinculación con el CELAN. Un extracto de las actividades y fotografías de nuestros archivos, acompañarán este ¡Hasta siempre! Las tres últimas noticias de nuestra página son una muestra de su trayectoria profesional: el concierto para celebrar sus 50 años de cantautor; la Medalla al Mérito Cultural del Gobierno de Aragón, ambas en 2019 y la presentación del CD El carbón y la rosa y el libro Un tango para Federico en 2017. La participación en La Contornada, en la Feria del Libro o en uno de los cuadernos comarcanos quedan reseñados.

Nacido en Alloza en 1947, su trayectoria ha sido muy variada. Las dos últimas referencias de nuestra página web fueron del 2 de diciembre de 2019, cuando celebró en el Teatro Principal sus 50 años de cantautor, concierto grabado para la posterior edición de un disco-libro, con 26 de entre las más de sus 150 canciones, acompañado de una banda de lujo. Recordábamos en ese momento la primera vez que se subió al escenario y el público pagó una entrada, con fines benéficos, en el Teatro Marín de Teruel, en 1969 junto a Labordeta, entre otros.
Me trae muchos recuerdos, como espectador y como intérprete… el recuerdo más emotivo, el 13 de noviembre de 1973 cuando con varios compañeros subimos al escenario para ofrecer al público aragonés un nuevo lenguaje, una forma de cantar distinta, una forma de hablar de Aragón con otros textos y otra música… se le bautizó como la nueva canción aragonesa, la canción popular aragonesa. Eran las palabras de Joaquín en su blog, haciendo también referencia al Primer encuentro de la música popular en Aragón, en 1973, con José Antonio Labordeta, Pilar Garzón, La Bullonera, Renaxer, Tierra Húmeda, Joaquín Carbonell y Tomás Bosque… Luego vino su primer disco, Con la ayuda de todos, en 1976, y emprendió un recorrido por todos los rincones de Aragón y la mayoría de ciudades españolas, dando el salto a Latinoamérica (Argentina, Uruguay, Costa Rica, Chile o República Dominicana), sin olvidar sus numerosos recitales en Francia.

En el Boletín de Cultura e Información, (BCI nº 36) editado por el CELAN y la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, Joaquín Macipe entrevistó a Joaquín Carbonell. La charla entre ambos fue muy extensa y en el BCI hubo que reducirla por problemas de espacio, pero por su interés la reproducimos íntegra a continuación.
Joaquín Carbonell en el Principal (entrevista completa)
Recogimos el 23 de abril de 2019 la noticia de la recepción de la Medalla al Mérito Cultural del Gobierno de Aragón, por “su amplia trayectoria, su continuo compromiso con su tierra y su patrimonio, así como la difusión de los valores y la identidad de nuestra comunidad dentro y fuera de nuestro país”. En el Palacio de la Aljafería, el periodista, poeta, cantautor y narrador, recibió este reconocimiento “a su continua vinculación con la cultura expresada a través de la música, la literatura y el continuo cuidado del patrimonio musical de nuestra comunidad”.
En su discurso comenzó citando a José Antonio Labordeta y a los enseñantes que en Teruel “nos abrieron la puerta más portentosa que existe: la que da paso al mundo de los sueños (…) una puerta que nos mostró otros horizontes, otras dimensiones sociales” y lo acabó con una frase “del Tío Romualdos, de Alloza, tan alérgico a los excesos de la gloria, que un día me escuchó presumir de éxitos, y me advirtió: ¡Joaquín, y pa’ qué tanto!”
Habló de la Nueva Canción Aragonesa, de los escenarios diversos: grandes auditorios, corrales, plazas públicas, cárceles, universidades, asociaciones de barrio y modestos pajares limpios de polvo y paja, su debut hace 50 años en el teatro Marín de Teruel, en 1969, con Labordeta y su compañero César Hernández y pese a manifestar considerarse un intruso en este oficio tan disparatado, recordó las 150 canciones grabadas en 15 discos además de varias novelas, poemas, tres biografías y algún ensayo.
“La cultura, además de fuente de ingresos, alimenta al individuo y enriquece a la sociedad. La cultura, en general, significa el mayor patrimonio de un pueblo, el escaparate más brillante y eficaz para explicar a un extraño cuáles son nuestras señas de identidad (…) Si prescindimos del tesoro cultural y artístico, seremos pocos y además, miserables. La ausencia de cultura provoca desolación, retroceso y miseria.”

Tomó la guitarra y dedicó la canción “De Teruel no es cualquiera” a las familias de José Luis Iranzo y los dos jóvenes guardias civiles asesinados en Andorra.
En el BCI nº 34, Mª Ángeles Tomás completó la información.

En marzo de 2017 recogíamos la presentación en Zaragoza de su último CD, El carbón y la rosa y su libro Un tango para Federico. Sus paisanos Luisa Bersabé y Manolo Galve hicieron las reseñas. Javier Alquézar hizo este cartel para la ocasión.

Asiduo asistente a la feria del libro, en mayo de 2015 presentó en ella su novela El artista, de la mano de Javier Alquézar, director del CELAN, a modo de tertulia entre ambos. Ya lo había hecho en abril de 2011 presentando su libro Aragón sin empalmes, escrito junto a Roberto Miranda.

En 2015 participó en el cuaderno comarcano José Iranzo, el Pastor de Andorra. Un siglo de jota. Era el décimo número de los cuadernos comarcanos, resultado de un trabajo conjunto del CELAN y de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos como colofón a los actos de celebración del centenario del nacimiento de José Iranzo, el Pastor de Andorra, en octubre de 2015.

Participó como ponente en la conferencia-mesa redonda: “Cien años de vida, un siglo de jota”, con Evaristo Solsona y Javier Barreiro, planteando la biografía, anécdotas, y estilos del Pastor. Joaquín expresó su alegría por estar en el homenaje que reconocía los valores de José en vida, “una actividad muy poco aragonesa”, comentó. “Es la celebración de los cien años de alguien que nunca ha hablado mal de nadie y no tiene enemigos (…) A Iranzo le parece un sueño que haya ido a cantar por el mundo y al día siguiente seguir con las ovejas”; lo definió como un filósofo, un maestro de vida. Habló de las entrevistas y los libros, de la grabación del documental con José Miguel Iranzo y del récord de empujarle a grabar un disco con 90 años. Destacó de José lo bien que ha cantado y su bondad y terminó diciendo: “Me alegro de que le queráis tanto, le quiere todo Aragón”.

Al día siguiente el homenaje fue musical y Joaquín también participó, al igual que lo hizo en la gran fiesta en el polideportivo, broche de oro del homenaje al cumplir los 100 años, donde el Pastor de Andorra recibió la felicitación, el cariño y el reconocimiento del mundo de la jota en un homenaje en el que se combinaron las imágenes de su vida con las jotas que él cantó y popularizó por todo el mundo, interpretadas por algunos de los mejores cantadores del panorama actual. Joaquín saludó a toda la gente de Andorra y de la comarca y felicitó el hecho de celebrar las glorias y las hazañas de los convecinos, en este caso el Pastor, en vida, que tiene más mérito. Les leyó un soneto que había elaborado para Pascuala y José, que empezaba así: "Alcanzar los cien años tan campante no es un gesto, es más bien una gesta, es meter las cerezas en la cesta y esperar que maduren Dios mediante. Y les regaló nada menos que ¡el mar!, interpretando su famosa canción “Me gustaría darte el mar”.

El 3 de junio de 2007 estuvo en Andorra presentando en el salón de actos de la Casa de Cultura el documental José Iranzo, el Pastor de Andorra, del que fue guionista. El acto lo organizamos con el Centro Pastor de Andorra y la Peña El Cachirulo, contando con la presencia del cineasta, el propio José Iranzo y los cantadores de jota Isidro Claver y Nacho del Río, que actuaron al final de la presentación acompañados de la rondalla conjunta del Cachirulo/Agrupación Laudística de Andorra.

También lo vimos participando en mayo de 2018 en la manifestación de Zaragoza bajo los lemas “Salvemos Teruel” y “Teruel existe”. Nuestro amigo Eloy Fernández Clemente fue el redactor del manifiesto, leído por Juana de Grandes (viuda de José Antonio Labordeta) y Luis Alegre. Joaquín Carbonell participó con su música en la manifestación.
Fue pregonero de la Ruta del Tambor y el Bombo en La Puebla de Híjar en marzo de 2016, cuando se anunció que las Tamboradas de Semana Santa de 17 localidades españolas, de las que forman parte las nueve de la Ruta del Tambor y Bombo del Bajo Aragón, iban a ser presentadas ante la Unesco como candidatas a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2017. En su pregón hizo referencia al desgarro de los tambores y bombos, la presencia de las túnicas y el paso monótono de las procesiones, los tambores y el estruendo que encierra algún misterio telúrico desconocido. "Algo tendrán cuando el hombre que era "ateo, gracias a Dios", como confesó el calandino Luis Buñuel, descolgaba su tambor en su residencia de México, y a las 12 en punto de todos los viernes santos, se lanzaba a tocarlo en solitario en el jardín de su domicilio".
Participó en junio de 2012 en la Marcha del Carbón, la “marcha negra” que llegó a Zaragoza. Los cincuenta mineros fueron recibidos por miles de personas con cánticos y muestras de cariño y apoyo. En la plaza de los Sitios tuvo lugar un acto reivindicativo en el que Joaquín cantó “El carbón es todo negro”.
Estaba en los actos “grandes”, pero también en los pequeños y así lo hizo en 2008 en Alloza, en la segunda edición del Día de la Biblioteca en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, con una conferencia sobre la canción popular aragonesa. En octubre de 2010 participó en Estercuel en el Día de las Bibliotecas con un recital de homenaje a José Antonio Labordeta. En 2012 volvió a participar. Lo mismo sucedió con el Repecho Rock de Ariño, donde actuó Joaquín en agosto de 2012.
El CELAN recuerda con especial cariño la segunda edición de La Contornada, en junio de 2005, en Alacón, con el lema "¡Trabajar, tripear, mudarse y a festear!", donde presentó su libro El Pastor de Andorra, 90 años de jota.
Le fuimos pidiendo fotos para los distintos artículos y para la crónica, en referencia a la variedad de su trayectoria y éstas fueron algunas de las que nos mandó:


Una breve reseña de su biografía, la realizada por su Periódico de Aragón, y la letra de su canción “De Teruel no es cualquiera” sirve para despedir este cariñoso homenaje.
DE TERUEL NO ES CUALQUIERA
He viajado a pueblos sin sacristán,
donde no sangran por rencor.
He llorado al ver una catedral,
levantada con dolor.
El amor me brotó un día de abril,
bajo una higuera del edén.
Noche mágica de Nueva York,
la recuerdo con desdén.
Yo nací en un parto sin doctor,
una noche de vendaval.
Cuando abrí los ojos me inundó,
un asombro mineral.
Jamás puede ver luego de mayor
ese cielo tan maternal.
Una vez me pasé en soledad
siete días sin hablar.
Por más que te esfuerces, no
lograrás poderlo entender.
Hay un sitio, hay un lugar,
donde es fácil envejecer.
La noche brilla más que el sol,
donde tú eres el timonel.
Por más que lo busques no,
¡Solo es Teruel!.
El desierto será tu inmenso hogar
y la nieve te abrazará.
El mudéjar no es una decoración,
hay estrellas para comprar.
Es extraño, pero es pura verdad,
en Teruel quisieron nacer
gente rara como Chomón,
gente rara como Buñuel.
Si no tienes cerca un manantial,
si tu patria no tiene luz,
si las calles muerden al pasear,
si no puedes llevar tu cruz.
Si el paisaje tuyo es una pensión
sin domingos y sin pastel.
No te amargues por una vez,
te dejamos ser de Teruel.
Por más que te esfuerces no…
entenderás está quimera:
Es muy fácil ser de Pekín,
es muy fácil ser de Estambul,
es muy fácil ser de Madrid…
más de Teruel, no es cualquiera.
(...) Carbonell nació en la localidad turolense de Alloza el 12 de agosto de 1947, hijo de una catalana y de un maestro aragonés republicano represaliado al finalizar la guerra por el régimen franquista. Estudió interno cuatro años en los Salesianos de Sarriá (Barcelona). Con 15 años abandonó los estudios y, como a él siempre le gustaba recordar, entró a trabajar de botones en el hotel Subur de Sitges para continuar con su dedicación a la hostelería en localidades de la costa catalana, como pasavinos y camarero, aunque en invierno trabajaba en el molino de aceite de su familia en Alloza.
Años más tarde, en Teruel, retomó la actividad estudiantil en el Instituto Nacional de Bachillerato Ibáñez Martín (1966-1969), donde se encontró con profesores de la talla de José Antonio Labordeta, Eloy Fernández Clemente o José Sanchis Sinisterra, luego consagrado como un gran dramaturgo. Durante ese periodo, al igual que otros chicos de la provincia que estudiaban en la capital, residió en el Colegio Menor San Pablo de Teruel. De ahí que Joaquín Carbonell, junto con el pintor Gonzalo Tena, Federico Jiménez Losantos, Pedro Luengo, Carmen Magallón, Pilar Navarrete, Rafael Navarro e incluso el ex-gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, o el que fuera presidente de Endesa, Manuel Pizarro, forman parte de la denominada Generación Paulina. En ese mismo entorno nacieron el movimiento de la Nueva Canción Aragonesa y la revista Andalán.
Esta etapa turolense fue muy productiva. La iniciativa y el dinamismo del equipo docente ofrecían continuamente gran variedad de actividades intelectuales y culturales, y Carbonell participaba en la mayoría de ellas. Al llegar al Instituto en septiembre 1966 se inscribió en el Festival de la Canción, sin saber tocar la guitarra, y en una semana aprendió los acordes de 'Crying in the chapel', de Elvis Presley, en versión española de Francisco Heredero, con la que consiguió el primer premio. Junto a Cesáreo Hernández formó un dúo que musicaba poemas y actuaba en todo tipo de escenarios, y a veces junto a su profesor José Antonio Labordeta. Pusieron en pie 'Discodelismo-68', un programa semanal de radio donde Joaquín hacía sonar la música que seleccionaba para la página musical en el diario Lucha (actualmente Diario de Teruel), con el título 'Siete por redondo'. Además, formó parte del grupo de teatro La Balumba que, dirigido por Labordeta, quedó segundo en el concurso nacional celebrado en Orense, poniendo en escena La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca.
En ese Teruel surgió, de la mano de Labordeta, el movimiento de la Nueva Canción Aragonesa, que incluye a Tomás Bosque, La Bullonera, o al propio Joaquín Carbonell, que en aquel entonces había descubierto las canciones de Georges Brassens gracias a su profesor de literatura, José Sanchis Sinisterra, y ya comenzaba a componer. Aunque como él contaba su pasión por la música venía de atrás: cuando tenía nueve años su abuelo José Martí le regaló para Navidad una armónica cromática y en un par de días aprendió a tocarla.
En 1969, ya en Zaragoza, conoce a Javier Mas, compañero de pupitre en la Escuela de Publicidad con el que pasa tres años ajenos a la materia y sumergidos en la música. Con él asistió a una sesión del Club de Folk de Radio Popular, organizado por el locutor Plácido Serrano y, después de mostrar su repertorio acompañado de Javier a la guitarra, el locutor decidió incluirle en el ciclo Las mañanas del Pax, festival dominical donde actuó lo mejor del folk español (Patxi Andion, Joaquín Díaz, Nuestro Pequeño Mundo,…) y Joaquín Carbonell como telonero de ellos.
En 1973, Carbonell fue uno de los participantes en eI I Encuentro de la Canción Popular celebrado en el Teatro Principal de Zaragoza. Organizado por la Asociación Cultural El Cachirulo, en un ambiente de máxima expectación y bajo la estrecha mirada gubernativa, actuaron juntos por primera vez José Antonio Labordeta, Pilar Garzón, Joaquín Carbonell, Renaxer, Tomás Bosque, Tierra Húmeda y La Bullonera. Este encuentro musical y social supuso el espaldarazo definitivo para un tipo de canción que aunaba la música y la cultura con las reivindicaciones sociales y políticas, dando origen a un nuevo aragonesismo caminando en paralelo con el movimiento de los cantautores que había surgido en toda España. Eso sí, de todos ellos, el de Alloza fue el autor más poético y menos político de aquel grupo y el que más tiempo se mantuvo en activo.
Así, en 1976 sale al mercado su primer disco, Con la ayuda de todos (RCA), que contenía algunas de sus canciones más emblemáticas que le acompañaron ya en toda su trayectoria, como Doña Peseta, La Paca del Cañizar, Me gustaría darte el mar, La beata o el tema que da nombre al álbum.
Luego vendrían el single Romance de Chalamera (1976) y los álbumes Dejen pasar (1977), que él consideraba su peor disco, aunque cuenta con canciones destacabales como la que le da título, que siempre cantó, Nana de las mil cunas, Cuando vayas a Huesca o Las flores de ayer; Semillas (1978), todo un canto al mundo rural y Sin ir más lejos (1979), en el que se rodea de un magnífico quinteto de jazz entre los que estaban Santi Arisa a la batería y Carles Benavent, al bajo.
Su segunda etapa
Llegan los tiempos de cambio a España y, en 1982 gana las elecciones y Felipe González es elegido presidente. "Entra el socialismo y con cierto criterio dice 'hemos salido del túnel oscuro así que ahora vamos a pasarlo bien' y todos a salir y a bailar por la noche. Es cuando entran Alaska y los Pegamoides, toda la movida, y me doy cuenta de que lo que yo hacía no tenía sentido". Así explicaba Joaquín Carbonell a este diario su decisión de dejar la música a principios de los 80. Es un momento en el que el hasta entonces cantautor empieza a dedicarse por completo a su otra gran pasión, el periodismo. Comienza a colaborar con el naciente diario El Día y en 1984 en TVE, donde entre otros conduce los programas Tres asaltos y Musicaire, donde graba por primera vez a un incipiente grupo llamado Héroes del Silencio.
En 1988 regresa a El Día para elaborar el suplemento Los aragoneses, junto a Roberto Miranda, y en 1990 ingresa en El Periódico de Aragón, donde llegaría a hacer más de 7.000 entrevistas. También aprovecha para escribir poesía, novelas y libros de humor junto a Roberto Miranda. Pero esta es otra faceta que merece un espacio aparte.
El caso es que, volcado en el periodismo, Carbonell pasa 13 años de parón hasta que Brassens le vuelve a meter el gusanillo en el cuerpo. Y comienza a cantar los temas del trovador francés traducidos al castellano en conciertos casi íntimos todos los miércoles en el bar La Saganta que culminan con un conciertoen el Teatro del Mercado. "A mí me gustaba cantar, entonces me proponen cantar canciones de Brassens y ví que tenía éxito, Y ahí empecé a escribir cosas y a componer y vi que tenía canciones para un disco nuevo y entonces grabé Tabaco y cariño", contaba en su última entrevista con este diario.
Comienza así una segunda y muy activa segunda etapa en la que antes de este 'Tabaco y cariño' (1998) graba 'Carbonell canta a Brassens' (1996), disco que cuenta con las colaboraciones de, entre otros, Joaquín Sabina y Quico Pi de la Serra. Luego vendrían 'Homenage à trois' (2000), en el que vuelve a grabar temas de Brassens junto al grupo francés Tonton Georges Trio, y los de temas propios 'Sin móvil ni coartada' (2003) y 'La voz del trompetista' (2005). Luego vendrían también 'Clásica y moderna' (2008) o 'El carbón y la rosa' (2017), además del recopilatorio '1 vida & 19 canciones'. Discos todos ellos en el que la sensibilidad del poeta se mezcla con grandes dosis de ironía dando como resultado un nuevo Carbonell, reinventado pero plenamente reconocible.

Es también una época muy fructífera en la que además de sus propios discos se embarca en proyectos junto a sus viejos compañeros de batalla y amigos como son José Antonio Labordeta y Eduardo Paz (de La Bullonera) para alumbrar giras conjuntas por todo Aragón y discos como Cantautores en directo. El concierto (2007), impulsado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, o Vayatrés! (2009), con canciones nuevas o inéditas de los tres cantaurores.
Además, de un disco con canciones dedicadas al Real Zaragoza, Carbonell se embarcó en esos momentos en un proyecto paralelo con Roberto Artigas (Gran Bob) y David Giménez, con el que recrea canciones de los años 60 dando rienda de nuevo a su sentido del humor. Formación con la que graba 'Live in San Martín' (20016) y 'Live in Cariñena' (2018).
Y así llegó a esos 50 años sobre el escenario que celebró el 2 de diciembre del 2019 en un escenario del Teatro Principal lleno a rebosar, después de haber conseguido un reconocimiento nacional que le llevó a actuar en numerosas ciudades españolas y en casi todos los lugares de Aragón, entre los que destacan, como a él le gustaba recordar cuatro actuaciones en la plaza del Pilar ante 200.000 personas y un entrañable concierto en Salcedillo (Teruel), un pueblo de tan solo 9 habitantes.
Fue también un habitual en el Festival Barnasans, el más importante de España dedicado a los cantautores, festival que se encargó de organizar el concierto del Principal y editar el disco consiguiente de celebración de sus 50 años de carrera. Fue también asiduo a festivales en ciudades francesas (Pau, Nantes Toulouse, Burdeos, Montpellier...) y en países sudamericanos (argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica, República Dominicana...). Pero sobre todo fue un cantante aragonés, que actuó en casi todas las localidades de la comunidad, grandes o pequeñas, y cantó a esta tierra con pasión, con un cariño entrañable, letras cargadas de poesía y con la esperanza en un futuro mejor. "Me gustaría darte el mar...".
(EL PERIÓDICO DE ARAGÓN 12-09-2020)
Diario de Teruel le dedicó 7 páginas del periódico, reproducimos la portada.

Compilación realizada por Pilar Sarto (CELAN). Fotografías facilitadas por Joaquín para las distintas publicaciones del CELAN y realizadas por socios del CELAN.