Las pajaretas se obtienen a partir de los granos de panizo saltador.
Se hacen en una sartén al fuego moviéndola continuamente; cuando comienzan a saltar se tapan y se echan en una fuente comiéndolas solas o con miel derretida al fuego.
Ángel Cañada las recuerda así en su libro abajo citado:
"Las panollas saltadoras nunca faltaban en los huertos. Unas eran de pico fino, otras de pico redondo, unas blancas y otras de color panizo. Cogidas algo secas se escarrizaban, es decir, se les quitaban todas las hojas, menos las dos opuestas del final, con las que se hacía un pequeño lazo del que se colgaban para que secaran bien, y cuando les ocurría, o a petición de los críos se hacía una buena sartenada de pajaretas solas o con aceite, agua, azúcar y panizo saltador en partes iguales, que eran las más apreciadas. Claro que para endulzarlas solas bastaba con convertir azúcar en caramelo en una sartén, dándole vueltas con cuchara de madera y verterlo diluido sobre la sartenada, pues así resultaban mucho más sabrosas".
Bibliografía
- Cañada Giner, Ángel, Vida y trabajos en la Andorra de antaño, Andorra, CELAN, 2007.