El mostillo es un dulce que puede hacerse con mosto de uva o con aguamiel.
En el primer caso, el mosto se pone en un caldero y se hace hervir para que se “esmere” y quede reducido a algo menos de su mitad. Se saca algo de mosto, se deja enfriar, se echa un poco de harina, trozos de piel de naranja y canela en rama. Finalmente, se pone de nuevo al fuego y se mezcla todo dándole vueltas mientras hierve.
Cuando se hace con aguamiel (obtenida del vescambre al extraer la miel de los vasos y colmenas) se hierve, se quita la espuma y se actúa como con el mosto.
En cualquier caso el mostillo, al que se le pueden añadir nueces, habitualmente se deja endurecer antes de su consumo, aunque Ángel Cañada Giner en su Diccionario enciclopédico de la vida rural en Andorra recuerda que también se consumía antes de que se hubiera endurecido:
"En caliente se vertía en platos, escullas y, sobre todo, en cajas de cartón o de metal, protegidas interiormente con papel. Así, blando, se extendía sobre una buena tajada de pan, comiéndose como postre dulce y, sobre todo, como merienda de los críos. Al final, cuando se endurecía, se iba cortando a trozos, comiéndose solo o con pan".
Bibliografía
- Cañada Giner, Ángel, Diccionario enciclopédico de la vida rural en Andorra, Andorra, CELAN, 2015.