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José Crusellas Obón delante de su taller y tienda. |
La hojalatería fue un oficio artesano de gran importancia para la elaboración de utensilios de uso doméstico (envases, recipientes, candiles, moldes…), sobre todo, en un tiempo en el que no existían materiales como el plástico. Pero los hojalateros también elaboraban otros útiles como faroles, regaderas, palas de tenderos, embudos, vasos de medidas para las tiendas, etc. Trabajaban la hojalata, pero también el latón y el estaño, con el que reparaban los utensilios estropeados.
El trabajo del hojalatero exigía habilidad, precisión y conocimiento de geometría y cálculo para poder hacer las medidas exactas: el litro, el medio, el cuarto, etc.
Normalmente el oficio se iba pasando de padres a hijos, los mayores transmitían tanto la experiencia como el conocimiento para poder mantener la profesión.
José Crusellas Obón, hijo del herrero Sebastián Crusellas, fue el último hojalatero que hubo en Andorra, Teruel. Falleció en 1973.
Tuvo su taller en la calle La Fuente, hacía cántaros de zinc con asa y boca alta, dobles para las olivas y el grano, almudes, todas las medidas de la leche y el aceite, candiles, canaleras, baldes, calderos, embudos…
Referencias bibliográficas
- Tejedor, M.ª José y Villarroya, M.ª Pilar, "El hojalatero", BCI. Boletín de Cultura e Información n.º 19, CELAN, otoño 2011.