La balsa de San Miguel es la más destacada de las localizadas en la población de Alacón, en la que se encuentran asimismo la balsa del Pulgarillas, las de la fuente Vieja, y la de la fuente Alfara. El propósito principal de estas infraestructuras era el almacenaje de agua para aprovechamiento agrícola ya que de ellas parten las acequias que la canalizan y reparten hacia las tierras de labor, conformando un sistema de riego de posible origen árabe.
La balsa de San Miguel se sitúa en la confluencia de los barrancos de la Muela y del Mortero, a unos dos kilómetros del pueblo. Fue construida con piedra a mediados del siglo XX y se nutre de un manantial natural; sus reservas de agua alimentaban los lavaderos, un molino y huertos.
Cuando el nivel de agua está bajo, queda al descubierto un profundo túnel o caño, cuya fecha de construcción se desconoce. El caño se encuentra en una esquina, donde existe un murete de piedra levantado para aumentar la capacidad de la balsa. Aunque quedó inconcluso, este caño se excavó, al parecer, para localizar el origen del manantial que surte la balsa. Está abierto en la roca y tiene unos 35 metros de longitud.
La balsa toma el nombre de la ermita de San Miguel, de origen medieval, que se localiza junto a ella.
Puede consultarse la ficha en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA).