Felipe García Pascual, el Cañicero, (Andorra 1927-2010) contrajo matrimonio con Pilar Bielsa Montañés y tuvo tres hijos, Teresa, Pilar y Felipe.
Desde muy joven empezó a trabajar, primero, de pastor; luego, como agricultor y, finalmente, entró de minero en las minas de Cloratita de la familia Cañada, y más tarde en la Empresa Calvo Sotelo-Endesa.
De su padre aprendió el arte de hacer cañizos, que compatibilizaba con sus otros trabajos.
El arte de hacer cañizos
Para la fabricación del cañizo se utilizaban las cañas que se recogían en enero, cuando todavía estaban verdes y eran flexibles. En Andorra había cañizos en la fuente Moreno, los Estrechos, el Cascallar, Turbena y los Fayos.
Se comenzaba el proceso cortando las cañas con unas tijeras de podar o navaja, para después abrirlas con un abridor que servía para partirlas en tres partes, una herramienta fabricada casi siempre por el cañicero.
Antiguamente los cañizos se utilizaban en la construcción de casas, en los pajares y también se empleaban para secar y salar los productos que las familias elaboraban en la matanza del cerdo y algunos productos del campo para su mejor conservación. Igualmente, se utilizaban en el interior de las minas.
Referencias bibliográficas
- Tejedor, Mª José y Villarroya, Mª Pilar, "El arte de hacer cañizos", BCI (Boletín de Cultura e Información) nº 1, Andorra, Celan, primavera 2001.